(Segunda parte)
Continuación...
Cualidades de un triunfador. Características para lograr el éxito. En la obra de Miguel de Cervantes, dice Don Quijote... que el hombre verdaderamente loco es aquél que ve la realidad y sólo ve la realidad. Y el hombre sabio, el hombre trascendente es el que no ve nada más la realidad, sino ve la posibilidad. Yo amo a mi hijo no por lo que es, sino por lo que puede llegar a ser, amo a mi pareja por lo que puede llegar a ser, me veo a mí mismo y no nada más veo lo que soy ahora sino el potencial que tengo para lograr algo mucho más grande, primero que nada, para lograr esa posición de persona triunfadora, vamos a visualizar lo bueno cuando todo este mal, visualizar lo bueno es quizás la primera piedra de sustento de una vida exitosa.
Cuenta un escritor norteamericano voluntario de la guerra de Viet Nam, que cuando estaba allá y era voluntario de la Cruz Roja. Llegaron a un hospital dos hombres donde él colaboraba como voluntario, dos hombres que venían gravemente heridos, a uno de ellos le había atravesado una bala el pulmón, tenía un orificio y tenían que estarle drenando el líquido, como no había suficiente equipo médico para hacerle esa operación, entonces lo conectaban a un succionador en las tardes y el proceso era muy doloroso. Otro hombre había sufrido la explosión de una granada cercana a él, y estaba totalmente enyesado, como no había muchos recursos ni mucho espacio en el hospital ambos hombres compartían la misma habitación. Cuenta el escritor que cuando estaban ahí en la habitación, el hombre con el problema pulmonar fue puesto junto a la ventana de la habitación y en las tardes cuando se sentaba para que le drenaran el líquido, podía ver lo que había del otro lado de la ventana. Entonces le platicaba lo que veía a su compañero, le decía... ¿sabes?... veo un bosque extraordinario, hay enormes árboles. Veo al fondo el contorno de la ciudad, en el bosque hay un lago cristalino, extraordinario, bello, los patos y los cisnes nadan en el lago, los niños juegan con sus botecitos y en la orilla juegan con sus barquitos de papel, las parejas camina tomadas de la mano..., le describía y el otro cerraba los ojos y se imaginaba el extraordinario paisaje que su compañero le narraba. Una tarde el hombre de la ventana le habló de un desfile que pasaba. Le describió los trajes multicolores, la algarabía de las personas que iban cantando, las mujeres que iban acompañando a sus hijos disfrazados, y... le habló de un pueblo alegre, le habló de cosas muy bellas y entonces el otro joven el otro enfermo sintió envidia, sintió ira, no se podía mover, estaba en su rincón y estaba escuchándolo a él con tanto entusiasmo, platicando lo que podía ver y entonces él sintió coraje y dijo... Cómo puede ser que hasta en esta insignificancia tengo que estar aquí atado en este rincón, no puedo moverme y tengo que escuchar a este presumido describiendo todo lo que él sí puede ver, todo lo que él tiene, el privilegio de estar observando y yo estoy aquí, viendo tan sólo el techo, y es que siempre he sido así, desde mi infancia de los tres hermanos que éramos yo siempre fui el marginado, siempre tuve problemas, siempre viví situaciones irregulares..., en ese instante sintió tanto coraje, tanta envidia, tanto dolor, porque hasta en esas circunstancias le iba mal. Cerró los oídos y cerró los ojos, ya no quiso escuchar lo que su compañero decía. Esa noche el hombre de la ventana, cuando apagaron las luces tuvo un acceso muy crítico y comenzó a toser, se estaba ahogando con el líquido de sus pulmones, y comenzó a toser y a toser y a toser, no podía parar y trato de llamar a la enfermera con el botón para ello, pero nunca lo pudo alcanzar y no lo logró. El otro hombre lo escuchó y no hizo absolutamente nada, no alcanzó su propio botón para llamar a la enfermera, lo dejó toser. Después de un rato el acceso de tos fue mucho más fuerte y más fuerte hasta que cesó. A la mañana siguiente llegó la enfermera y lo vio, había muerto. Le dio una gran tristeza y dijo ?por qué no me habrá llamado, yo podía haberlo sacado de este problema-. ¿Usted no lo escuchó? ¿Por qué no me llamó usted? Y el otro hombre dijo ?no, yo no lo escuché-. ¡Qué lástima! Sacaron el cuerpo de ahí. Y bueno, cuando él lo consideró pertinente dijo... pues ya que está la habitación sola, ¿me podrían pasar junto a la ventana? -Dijeron claro- empujaron la cama con ruedas hasta la ventana, salieron todos y entonces, se incorporó dolorosamente sobre sus codos para echar el primer vistazo a ese bosque..., a ese lago extraordinario... y cuál fue su sorpresa..., que del otro lado de la ventana no había más que una pared de ladrillos vieja, herrumbrosa, con telarañas..., a este hombre le entró una depresión tremenda y en una catarsis se desahogó con el escritor norteamericano que escribió este texto y él dice... yo me quedé muy impactado porque el joven que murió no tenía por qué haber muerto.
Esto nos hace pensar en los dos tipos de personas que hay en la vida. Aquellas personas que ven efectivamente una pared de una situación que aparentemente en un problema grave, y no puede ver nada más allá. Pero visualiza, se imagina cosas positivas, sueña y comparte sus sueños con los demás... ¿sabes qué?... aquí hay una pared..., pero aquí del otro lado debe haber algo muy grande, debe haber algo muy hermoso, y tenemos qué seguir luchando por esto y por el amor a los demás, para que se imaginen lo mismo.
Y el otro tipo de personas, las personas que siempre están viendo el error en todo el mundo, siempre están llenas de envidia, de coraje, que no pueden ver que alguien sea feliz, es muy común esto, porque cuando de pronto alguien te pregunta ¿cómo te va? Y tú le dices ¡extraordinario, me va muy bien! Te dicen mmmm qué bueno. ¿Estás estrenando carro? ¡Mmmm me hubieras dicho a mí yo te hubiera conseguido un descuento! Oye traes traje nuevo ¿cuánto te costó? No, pues tres mil pesos, mmmm en tal tienda está la venta anual lo hubieras conseguido más barato.
Pero si les dices, ¿cómo vas? ¡Pues mal! Fíjate que cayó un chubasco en Torreón, fíjate que me estoy divorciando, ¡hay! No me digas, ¡ahora sí cuéntame! ¡Ahora sí cuéntame! A la gente le gusta que nos valla mal, la gente siempre está pensando, viendo lo negativo, siempre está ampliando lo negativo, estamos rodeados de gente así, gente envidiosa y a veces nosotros mismos somos envidiosos, a veces nosotros mismos estamos deseando que le valla mal al otro, porque a nosotros no nos está yendo tan bien, como quisiéramos.
Son los dos tipos de persona que existen, y yo creo que gran parte de nuestra vida en el aspecto profesional y en el aspecto familiar obedece a la forma en que vemos las cosas, es decir yo puedo ver un problema y puedo pensar que es una tragedia tremenda. Yo puedo pensar que esto amerita pues un suicidio, o sea le está yendo súper mal. O puedo pensar que todo lo que pase en mi vida, me da otra estatura intelectual, me da madurez, me da un crecimiento, todo es para mi bien. Y que tengo que aprender del ayer aunque sea doloroso.
Una joven que tuvo abuso sexual, que fue violada... fue a una consulta y dice... ?¿sabe por qué me siento tan miserable? Porque mis padres una vez que se enteraron del problema y... y mi mamá todo el tiempo me lo está recordando... y me hace sentir pues que mi vida no tiene ningún valor ya... que mi dignidad ha sido pisoteada, que ya no valgo nada... mi padre está lleno de coraje... con su mirada me lo recuerda... y yo, yo quiero pensar que lo que me pasó fue solamente un accidente, o sea no tenía por qué haberme pasado pero fue un accidente y yo quiero aquilatar las cosas positivas de esto y finalmente salir adelante y darme cuanta que sigo siendo una persona íntegra y que valgo lo mismo o más, que no ha pasado nada grave en mi vida, pero estoy rodeado de gente negativa, y yo estoy viendo las cosas también negativas ya. Continuará...
CUESTIONARIO 1.- (Para resolver en familia)
¿Cuáles son los tres pasos de la superación?
¿Qué papel juega el deseo para iniciar cambios en nuestra vida?
¿Cómo influyen las revistas amarillistas y los programas de violencia?
¿Qué importancia tienen las decisiones correctas en la vida?
¿Qué relación hay entre viejos hábitos y disciplina?
Esperamos seguir contando con su atención en ésta su columna y recibiendo sus comentarios en la dirección electrónica con, Germán de la Cruz Carrizales (pmger@hotmail.com pmger@todito.com).
Reiteramos nuestro agradecimiento a quienes hacen posible estas publicaciones y sobre todo a usted amable lector quien hace que este proyecto contribuya a fortalecer nuestras familias y sus valores. La siguiente semana veremos la tercera parte de Contraveneno. Gracias por su atención.
?Quien no vive para servir, no sirve para vivir?.