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Familia Sirviendo a la Vida / Contraveneno

Germán de la Cruz Carrizales

(Tercera parte)

(Continuación...)

Es la forma en que tú analizas un problema lo que hace que ese problema sea gigante o lo que hace que sea simplemente una lección, un proceso de aprendizaje. Había una vez una pareja que estaba al pie de la cuesta en Acapulco viendo una puesta del sol, estaban muy románticos abrazados viéndola cuando llegaron unos turistas sudamericanos que habían sido llevados por una agencia de viajes a ver la puesta de sol, y ellos decían, qué absurdo que nos traigan aquí a ver una puesta de sol y a ver el cielo y a ver el mar, esto es ridículo y además nos cobran, nos hubieran dejado en el hotel viendo la tele, esa película de cable.

Estaban protestando muy incómodos, la pareja que estaba emocionada y contenta los escuchaban y la mujer decía al esposo, -oye ya escuchaste, yo creo que la belleza de la puesta de sol no está en la puesta de sol, sino en la manera de mirarla-, es lo que la hace hermosa, es lo que te recuerda, es lo que te inspira. Tú puedes ver en tu vida desgracias, problemas, o quizás puedes visualizar cosas bellas, todos tenemos problemas, pero puedes visualizar las posibilidades, puedes soñar y hacer que los demás sueñen contigo para que los demás se unan a trabajar por una realidad diferente.

Esto es el secreto de los grandes empresarios, de los grandes hombres que crean empresas, todo mundo admira a los empresarios y yo sé que esta columna la leen empresarios, los admiran porque se hacen ricos, porque crean, construyen edificios enormes porque hacen emporios financieros, porque contratan empleados y gente. ¿Saben cuál es el secreto de un empresario?, es muy sencillo.

Mi padre fue un empresario, él me enseñó. Mi padre estuvo en la calle cuando era niño, él durante un tiempo no tuvo familia, él estuvo en la calle era un niño con muchas carencias, con muchos problemas venía de un estrato social muy bajo muy humilde. Mi padre tuvo que trabajar durísimo toda su vida, pero ha tenido esa visión de que les estoy hablando. Un día me dijo tengo ya un pequeño capital para comprar nuestra primera casa, yo tenía como 11 ó 12 años de edad. Quiero que me acompañes tú, -yo ocupo el segundo lugar de entre seis hermanos-, a comprar la casa, o por lo menos a buscarla, entonces en las tardes cuando llegaba de trabajar él ya tenía citas con las personas de bienes y raíces y pues íbamos a ver las casas, para mí era muy aburrido porque tardábamos mucho tiempo en elegir la casa y era aburrido ir con mi papá a ver casas a la edad de 11 ó 12 años pero por otra parte tenía un gran valor, porque era como ir de pesca con papá todo el día. Cuando llegan a casa, cansado el niño llega sin ningún pescado pero muy feliz, y la mamá le dice ¿por qué vienes tan feliz si no pescaste nada? Pues porque pasé todo el día pescando con papá, qué importa si pesqué o no, imagínate lo que significa que el viejo te considere lo suficientemente importante para pasar todo el día contigo, para estar junto a mí sin importar las cosas que él tiene qué hacer, y eso era muy bello para mí. Un día llegaron a una casa abandonada a una casa que estaba un poco en ruinas, no totalmente pero una casa obscura, con muy mal aspecto, sucia, con arbustos, incluso olía mal pues había un animal muerto dentro de ella, y yo le dije -veámonos de aquí-. Y dijo ésta es nuestra casa, ¿qué dices? –respondí-, estás como loco, hemos visto casas más bonitas... qué te pasa... no, no, no, ven aquí, me dijo..., párate aquí..., mira la ubicación que tiene..., mira el precio..., ahora ve esas columnas..., ve esa trabe..., quiero que te imagines que tiramos esa pared y que ponemos un domo, una chimenea, aquí pondremos una jardinera interior, quiero que te imagines unas persianas de colores... y comenzó a describirme lo que yo no podía ver y él sí.

Ésa es la clave del empresario, ésa es la clave dentro del triunfador, porque él puede ver lo que los otros no ven.

Él imagina la posibilidad, y ¿saben que fue la casa que compramos? Y fue la casa donde vivimos, donde crecimos y donde fuimos muy felices, porque bueno no teníamos dinero para contratar un albañil, un plomero que hiciera modificaciones, y en las noches cuando él llegaba de trabajar, juntos tiramos esa pared con un marro, yo me acuerdo trabajando hasta las diez u 11 de la noche sacando escombros con papá. Para hacer la ventana que él quería y hacer realidad aquel sueño que visualizó.

No es que estemos rodeados de cosas negativas, lo que nos ocurre en realidad es que hemos puesto una lupa para agrandar lo negativo y nos quedamos con eso y creemos que eso es absoluto y que eso es lo único y no podemos entender la visión de lo que podemos lograr en nuestra casa, en nuestra empresa, en nuestra vida..., eso es lo que hace las relaciones distintas, es como lo ves al final de cuentas.

Hace un tiempo daba una conferencia para jóvenes y poníamos el ejemplo de una persona que le daban permiso para ir a un baile; él tenía que regresar a las 12.

Bueno yo sé que tampoco les gusta esa hora, pero el papá vamos a poner que le dice que a las 12. Entonces sucede que no llega a las 12, llega a las dos de la mañana y el papá está furioso con el reloj en la mano, -vamos a visualizar este ejemplo-, entonces llega el joven a las dos o a las tres de la mañana y el papá no puede dormir, enojado le dice: ¿qué te pasa? ¿Por qué no me llamaste? No puedo dormir, ¡estoy muy preocupado por ti! Oye papá a esa hora la fiesta apenas se estaba poniendo buena ni modo que me regresara a esa hora... sí pero me hubieras avisado, además había una regla, había una hora y tú quedaste conmigo, eres un irresponsable porque mañana tienes escuela, trabajo... y comienzan a discutir, hay una pelea, una discusión entre padre e hijo... el padre se va furioso a su habitación... castiga al hijo... tal vez le quita el carro no sé yo cualquier castigo... y el hijo entra a su habitación y en ella él tiene dos opciones; él puede decir: primera opción: no soporto a este ruco... ya me tiene hasta la coronilla, es que no se acuerda cuando era joven, además no entiende a los jóvenes..., ya está coceando... en cuanto pueda me largo de esta casa... no ahorita porque quién me mantiene... pero en cuanto pueda, lo haré... lo prometo... no me entiende, todo el día quiere fastidiarme... Al día siguiente se levanta y como te cae tan gordo no lo saludas, ni él tampoco te saluda... después de un tiempo son dos extraños viviendo bajo el mismo techo, se ha roto una relación, ya no son compañeros de vida, ¿se entiende?

Qué pasa cuando llegas a tu habitación y analizas la segunda opción: dice, bueno mi papá dice cosas que me lastiman, él tiene una manera de regañar que de verdad me hiere, pero, bueno está despierto y está preocupado por mí..., porque piensa que me pasó algo, mi papá no quiere que me pase nada, es su manera de demostrarme su amor..., hay muchos que quizás no tengan un padre que esté despierto esperándolo, tal vez algunos no les preocupan sus hijos o están ya dormidos o no están en casa, no les preocupan. Tiene defectos no es perfecto papá..., pero es mi padre y yo lo quiero como es, yo lo respeto y tiene razón por lo que está sintiendo... al final yo mismo tuve la culpa yo fui el que no avisé, tiene razón, si me castigó tiene razón, y es el precio que tengo qué pagar por un error. Pero tengo que dar gracias a Dios que tengo un padre que se preocupa... Después de reflexionar esto va con él y le dice, “papá... la regué tienes razón...” o le escribe una carta... cualquiera de las dos y le expresas, ¡perdóname!... a la mejor tu papá dice... bueno ¿y a éste qué le pasará?... qué raro que tome esas conclusiones, pero ya no estará tan enojado después y dirá: qué bueno que lo reflexionaste así, qué bueno que lo tomes así y vuelven a ser compañeros de vida, a caminar juntos en las buenas y en las malas. Continuará...

Esperamos seguir contando con su atención en ésta su columna y recibiendo sus comentarios en la dirección electrónica con, Germán de la Cruz Carrizales (pmger@hotmail.com pmger@todito.com).

Reiteramos nuestro agradecimiento a quienes hacen posible estas publicaciones y sobre todo a usted amable lector quien hace que este proyecto contribuya a fortalecer nuestras familias y sus valores. La siguiente semana veremos la cuarta parte de Contraveneno. Gracias por su atención.

“Quien no vive para servir, no sirve para vivir”.

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