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Familia Sirviendo a la Vida / Contraveneno

Germán de la Cruz Carrizales

(Quinta parte)

Hoy cumplimos un año del comienzo de esta su columna Familia Sirviendo a la Vida, agradecemos a todos quienes semana tras semana nos siguen cada viernes, gracias a su preferencia seguiremos mientras ustedes nos sigan leyendo.

Continuación...

En el libro de Carlos Cuauhtémoc Sánchez La Fuerza del Sheccid, se habla del texto de los paquetes que dice: el hombre triunfador puede detectar que su vecino posee cosas mejores que él, pero no las codicia, porque sabe que si se le dieran las tres ventajas del vecino, estaría obligado también a cargar con sus desventajas. ¿Se entiende?..., para un triunfador es incoherente decir, Dios mío, por qué no me diste otro conjugue u otra posición social, sabe que lo que se le dio no es una pareja o una posición sino un paquete, en el que se incluyen compañera, hijos, trabajo, cerebro, salud, dones espirituales, aspecto físico, habilidades, etc., que cada persona cuenta con el paquete que justamente necesita, que cada paquete tiene una excelente combinación, carencias que equilibran las virtudes y virtudes que compensan las carencias, y que todas las personas somos triunfadoras en potencia si usamos adecuadamente el paquete que se nos dio.

Mi paquete es diferente al tuyo y tal vez algo que no me gusta del mío es que mis orejas son muy chicas, pues sí, pero si te cambia eso te cambian todo, eso a mí me pasó en una conferencia, estaba en un atril, en un podium, los podium normalmente son grandes y yo soy más bien de tamaño compacto, entonces acerco mi banquito y todo, en aquél no había banquito, y además el micrófono del podium gigante estaba amarrado con cinta de aislar, entonces no se podía mover de ahí y tampoco me veía muy bien, entonces estaba dando la conferencia de puntitas, nada más se me veía el copete y decía esforzándome por alcanzar el micrófono, ?...tienen que luchar por sus paquetes...?, y la gente se reía y entonces le reclamaba a Dios, por qué no me diste diez cm. más de estatura..., no te costaba nada..., y bueno son esos tipos de oraciones en donde se te contesta de inmediato y me decía Dios. A mí no me cuesta nada, te los doy, te puedo dar diez o 20 cm. más, los que quieras por mí no hay problema, pero no serías la persona que eres, no tendrías el trabajo que tienes, la situación que tienes, los hijos que tienes, tendrías un paquete completamente diferente al que tienes,... entonces le digo, Señor perdóname sigo de puntitas dando mis conferencias, porque me gusta mi paquete, es suficientemente bueno como para triunfar igual que el tuyo, son distintos, pero no me digas que al de al lado le va mejor que a ti porque al final de cuentas tú tienes muchas cualidades, y ventajas y bendiciones que quizás carece la persona que está junto a ti.

Nosotros somos muy proclives a ver lo malo y somos muy proclives a desanimarnos e incluso evadirnos cuando tenemos problemas, sabes cómo nos evadimos, nos evadimos porque hay algo que no nos gusta y buscamos algún mecanismo de escape, muchos de nuestros vicios son por evasión, muchos fuman porque empezaron a fumar en un momento de crisis, empezaron con esto y luego se hizo un hábito... muchos toman sistemáticamente por sentirse mal, muchos tal vez comen o comemos de manera desordenada, no hacemos ejercicio, vemos demasiado la televisión, son evasiones.

Hubo una conferencia en Zacatecas para recabar fondos para niños con parálisis cerebral, pero antes de la conferencia se fue a la escuela de APAC y estando en la escuela había una jovencita que se adelantó en su silla de ruedas, le pusieron un micrófono inalámbrico y comenzó a hablar, a dar un discurso que había escrito, no podía hablar muy bien pero como podía, al ser una niña muy inteligente como muchos niños con parálisis cerebral ella empezó a declamar y empezó a decir cómo veía la vida, y le daba gracias a Dios... pero también hablaba de un reclamo..., porque dijo que se sentía culpable de que su familia se hubiera deshecho... y después dio las gracias a quienes estábamos ahí en la mesa de honor, dijo que nunca se hubiera imaginado que personas tan importantes se hubieran acercado a ella como amigos, y le dimos un abrazo con gran ternura cuando terminó su discurso y ella se quedó como muda y se hizo un nudo en la garganta, pero en ese escenario apareció una señora obesa de mal aspecto, descuidada, ella habló y dijo quiero hablar con ustedes un momento... ¿saben? estoy deshecha porque lo que acabo de oír..., me partió el alma (era la mamá de la niña)... mi hija se siente culpable, lo acaba de decir ella porque su familia se deshizo..., y ahora que lo pienso ella tiene muchas razones para sentirse así, porque cuando ella nació, mi esposo no lo pudo soportar, se dio a la bebida, después, se fue con otra mujer y ahora tiene otra familia, sus dos hermanos todo el tiempo peleando a insultos y gritos, no hay paz en la casa yo me di a la comida como mecanismo de escape... y en la casa hay un desorden tremendo... nos dolió mucho porque conocimos a esta niña y porque nos hizo pensar que... caray las personas somos muy irresponsables. Como en muchas ocasiones tenemos la oportunidad de crecer espiritualmente de servir, de amar, y de madurar de cumplir una misión que Dios nos ha dado, a través de circunstancias que parecen adversas pero que tiene su grado de erudición, y no les hacemos caso, las abandonamos, queremos irnos de ahí..., mejor me divorcio, mejor me largo de este lugar, mejor... y te vas a la bebida o a la comida o te buscas cualquier tipo de escapes..., señores.... no podemos nosotros, que tenemos el valor, porque hay quien no tiene valor, ni el deseo de hacer las cosas... desistir.

Debemos ser como aquel concurso de pintura que se hizo en New York hace un tiempo. El concurso de pintura tenía un motivo que era la paz, todos los pintores tenían que trabajar sobre este tema la paz..., llegaron muchos cuadros... había cuadros que mostraban extraordinarios paisajes que inspiraban paz... unos ejércitos dándose las manos con una bandera blanca que inspiraban paz... unos monjes orando en medio de una naturaleza muy bella, buscando la paz... pero el cuadro que ganó era uno que representaba una furiosa catarata que caía sobre un risco, sobre un acantilado impresionante con piedras angulosas, cayendo la catarata y levantando una nube de vapor... y en medio de la catarata había un arbolito que había echado raíces en las piedras... y en la punta del arbolito un nido... y una mamá petirrojo dando de comer a sus pequeños hijitos a sus pajaritos... Continuará...

Esperamos seguir contando con su atención en ésta su columna y recibiendo sus comentarios en la dirección electrónica con, Germán de la Cruz Carrizales (pmger@hotmail.com pmger@todito.com).

Reiteramos nuestro agradecimiento a quienes hacen posible estas publicaciones y sobre todo a usted amable lector quien hace que este proyecto contribuya a fortalecer nuestras familias y sus valores. La siguiente semana veremos la sexta parte de Contraveneno. Gracias por su atención.

?Quien no vive para servir, no sirve para vivir?.

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