Los famosos aprovechan el descanso veraniego para alejarse de Hollywood.
EFE
LOS ÁNGELES, CALIFORNIA.- Para la mayor parte de los mortales, la Meca del cine es uno de los destinos vacacionales soñados pero llegado el verano las estrellas son las primeras en marcharse en busca de otros paraísos terrenales.
Los hay como Drew Barrymore que sólo buscan un clima cálido y playas, algo que podría encontrar en las costas californianas sin problema pero quizá con demasiados mirones.
"Por eso prefiero ir a un lugar más tropical, donde escapar de todo tumbada al sol en la playa. Por lo demás, puede ser cualquier sitio", declaró antes de iniciar su escapada estival.
Jennifer Garner también busca la soledad, al menos en su mente, al escoger como su destino preferido una pequeña villa en Italia, Francia o Grecia.
"Algo al estilo de Under the Tuscan Sun, declaró, también influida por esos lugares de película.
Claro que eso fue antes de anunciar oficialmente su boda y embarazo junto con el también actor Ben Affleck, razón por la que ambos se quedarán en los Estados Unidos.
En otras parejas, como la formada por Tom Cruise y Katie Holmes, el amor no ha hecho más que avivar su deseo de viajar.
Juntos han descubierto las maravillas de Quintana Roo, parte de la Riviera Maya al sur de Cancún, en México, no sólo exclusiva y privada sino también un paraíso natural próximo al parque de Sian Ka?an, que hace honor a su nombre maya que significa "lugar donde se une el cielo y la tierra".
Allí, Tom y Katie disfrutaron un romántico fin de semana buceando entre los arrecifes de coral semanas antes de que Cruise le propusiera oficialmente matrimonio a su futura esposa en lo alto de la torre Eiffel.
Para otras parejas, como la de Jude Law y Sienna Miller, el paso por esta misma zona de México no dio tan buen resultado, a juzgar por el escándalo que el actor levantó en el Reino Unido por sus infidelidades con la niñera de sus hijos.
La otra costa mexicana es igual de romántica entre las estrellas, a juzgar por la escapada que se dieron durante la festividad de San Valentín Demi Moore y Ashton Kutcher a Los Cabos, localidad en la que comenzaron los rumores de una futura boda que nunca llegó.
Para Beyoncé y Jay-Z el verano equivale a la Riviera francesa, donde el pasado junio regresaron un año más a Saint Tropez con estilo, a bordo del yate Passion.
Y para Cameron Díaz no hay nada como una playa, una tabla de surf y la compañía de su adorado Justin Timberlake.
Junto a él ha redefinido lo que es veranear en Hawai, especialmente en la playa de Waikiki en la isla de Oahu, donde llevan disfrutando todo el tiempo que pueden desde 2003.
Los hay que prefieren lugares más remotos y entre ellos la isla caribeña de Saint Bart está cada vez más de moda. Es uno de los destinos preferidos de Jennifer López y donde a Uma Thurman y su último amor, el empresario hotelero André Balasz, les gusta descansar.
La llamada de las islas es tal que Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones prácticamente viven en Bermuda todos el año, Leonardo DiCpario supuestamente ha adquirido su propio islote en el Caribe y Johnny Depp busca allí ese mismo tipo de paraíso para su familia mientras rueda los dos próximos filmes de Piratas del Caribe.
También los hay más convencionales y con la llegada del verano el área conocida como The Hamptons, en Nueva York, y en especial la isla Martha?s Vineyard (Massachusetts) son la verdadera Meca del cine.
Sus habitantes permanentes son miembros de familias de la alta sociedad estadounidense pero en estas fechas conviven con estrellas como Steven Spielberg, Renée Zellweger, Richard Gere o Sean Combs, algunos de los que repiten año tras año.
Y siempre hay quien aprovecha las vacaciones veraniegas para ir a esquiar o al menos a disfrutar uno de estos recónditos parajes invernales fuera de temporada, como es el caso de Aspen (Colorado).
Entre los habituales del St. Regis en Aspen están Meg Ryan, Salma Hayek y Jim Carrey, además de la casi local Kate Hudson, que prefiere el bar del hotel Little Nell para desconectar de todo.
Capri, lugar favorito.
Desde Tom Cruise hasta Tommy Hilfiger, pasando por una serie interminable de celebridades de todos los ámbitos, Capri es un destino turístico de las grandes estrellas.
La principal atracción es reconocer en la calle a las celebridades con la nariz barnizada con bloqueador, en chanclas y enormes lentes oscuros para esconder las ojeras causadas por la desvelada y la falta de maquillaje.
Algunas personalidades tienen allí sus propias villas, como la familia Ferragamo, mientras otras llegan y luego dejan la isla en sus propios yates, como gusta hacer el cofundador de Microsoft, Paul Allen.
Esta es probablemente la región que más ricos y famosos reúne en un espacio tan pequeño: 103 kilómetros cuadrados rodeados por el mar Mediterráneo y llenos de hoteles de cinco estrellas, como el Hotel Quisisana o el Capri Palace. Por si fuera poco, recientemente la isla ha sido tomada por asalto por las grandes firmas de la moda: Ferragamo, Prada y Versace, por citar las locales, han sentado sus reales en la localidad y ofrecen productos diseñados para ser vendidos sólo ahí.
Así que, un par de sandalias para playa de Prada, compradas en Capri, difícilmente serán vistas en otra parte del mundo. La mayoría de los visitantes arriban a Capri en ferry desde Nápoles o Sorrento. Cuando uno se aproxima, la visión de la isla contrastada con los reflejos del sol en el mar es el primer espectáculo al que se enfrenta.
Un funicular conduce a los turistas desde Marina Grande, el puerto de los ferris, hasta el pueblo de Capri. Ahí los recibe un escenario de fachadas blancas, calles estrechas y la sombra de los juníperos, mirtos y limoneros.
La Piazza Umberto I es el centro de la acción. Conocida simplemente como la Piazzeta, alberga la torre del reloj. Está pavimentada con piedra volcánica y rodeada de casas con paredes blancas, amarillas y color siena. Este es el sitio donde la gente común y los socialités se juntan sin distinción alguna...
