MANAMA, BAHREIN.- La escudería italiana Ferrari corrió ayer el Gran Premio de Bahrein de la Fórmula Uno con las puntas de sus monoplazas pintadas de negro en señal de luto por la muerte del Papa Juan Pablo II.
El sumo pontífice, que visitó la fábrica de Ferrari en Maranello en 1988 y en enero recibió una reproducción a pequeña escala del monoplaza de Ferrari como regalo, falleció el sábado.
Italia suspendió las competencias deportivas del fin de semana, incluyendo la jornada de futbol de la Serie A y la transmisión en directo del GP de Bahrein.
El siete veces campeón del mundo Michael Schumacher dijo que la muerte del pontífice afectó al equipo.
"El ambiente es un poco extraño para todos nosotros", declaró el piloto germano, que se había reunido con el Papa en el Vaticano. "Obviamente, los alemanes y los italianos nos sentimos muy unidos al Papa, igual que los ciudadanos de otros países.
"No sé explicar con palabras la emoción que embarga a todo el equipo, particularmente a los que visitamos al Papa a principios de este año. Es muy triste para nosotros", agregó el alemán.
El italiano Jarno Trulli, piloto de Toyota, corrió con la leyenda "Gracias Papa" en su casco.
El español Fernando Alonso, al volante de un Renault, ganó la carrera, seguido por Trulli y por el finlandés Kimi Raikkonen, piloto de McLaren.
Schumacher mantiene la calma pese a mal comienzo de Ferrari El piloto alemán Michael Schumacher se mostró calmo respecto de su peor inicio en una temporada de la Fórmula Uno después que la escudería Ferrari no sumara puntos ayer en el Gran Premio de Bahrein.
El alemán logró una magra cosecha de dos puntos después de las tres primeras carreras de la temporada, una contracara de lo ocurrido el año pasado cuando ganó las cinco competencias iniciales.
"Schumi" sufrió ayer su primer retiro por problemas mecánicos desde julio de 2001 mientras Renault ganaba su tercera carrera seguida.
El brasileño Rubens Barrichello, que luchó contra problemas en la caja de velocidades de su monoplaza durante todo el fin de semana, terminó noveno. Esta fue la primera vez que el equipo italiano termina una carrera sin puntos desde el Gran Premio de Brasil de 2003.
Ferrari, que no ganó el Gran Premio de Brasil, la última carrera de 2004, suma cuatro competencias sin triunfos por primera vez desde que Schumacher se quebró una pierna en el autódromo británico de Silverstone en 1999.
El alemán, ganador de 13 de las 18 carreras de 2004 y siete veces campeón del mundo, estaba decepcionado pero no abatido por los magros resultados obtenidos.
Decisión correcta
En cambio, justificó la decisión de apurar el debut de la nueva Ferrari para contrarrestar el ritmo de Alonso y Renault.
"Lo de hoy (domingo) fue decepcionante. El resultado fue malo pero estas cosas pasan", declaró el alemán. "Siempre se puede ver algo desde distintos puntos de vista, y yo prefiero mirar esto del lado positivo".
"Traer el auto nuevo fue un gran esfuerzo. Viéndolo correr, quedó demostrado que era muy competitivo, y de aquí en adelante creo que seremos muy competitivos. Esa es la forma en que veo las cosas", agregó.
Schumacher largó segundo y complicó a Alonso hasta que sufrió un problema hidráulico en la undécima vuelta.
Hacer debutar al nuevo auto "fue la mejor decisión que se podría haber tomado. No hay nadie a quien culpar. (El auto) realmente se veía bien, por eso creo que vamos a dar pelea".
Schumacher cree que el auto no debe ser culpado por un problema que pudo ser causado por desechos que estaban en la pista.
"Creo que no tiene nada que ver con el nuevo auto, algo así puede pasar en cualquier momento", declaró.
El jefe de equipo, Jean Todt, se hizo eco de los comentarios del alemán.
"La carrera fue tan dura como decepcionante. Pero nos dimos cuenta que la F2005 es competitiva", declaró. "Está claro que hay mucho trabajo por hacer para mejorar la fiabilidad total, junto con nuestros socios, principalmente (la fabricante de neumáticos) Bridgestone".
