La tradición significa la presentación en el templo del Niño Dios después de los 40 días de nacido.
México, (Notimex).- Los católicos mexicanos llevan con fe a presentar al Niño Dios en los templos de la capital del país, y este Día de la Candelaria mostraron su creatividad al ataviarlos con los vestidos de diversos santos.
La Catedral Metropolitana, la Basílica de Guadalupe y la Iglesia de la Virgen de la Candelaria lucieron de fiesta con los Niños Dios.
El sacristán de la Catedral, Dionisio Olvera Olvera, celebró una misa especial frente a cientos de católicos, quienes cargaban al menos a un Niño Dios y en la otra mano una vela encendida.
Josefina Martínez, quien dijo tener más de 20 años con esta tradición, explicó que ella misma elaboró los trajecitos, pues presenta a bendecir cuatro Niños Dios vestidos de San Juan Diego, y dijo que serán para cada uno de sus bisnietos.
Expresó que que esa tradición aún no se ha perdido, pues la comparte con sus propia generación y con las que le siguen: "después de bendecir al niño, llegamos a casa, le prendemos su vela, le ponemos flores, rezamos y comemos tamales.
El sacristán Olvera explicó que esa ofrenda representa cuando María y José llevaron a Jesús a presentar al templo, tradición que se vive el 2 de febrero, así como cuando los niños cumplen tres años son llevados a la iglesia.
De una manera sencilla, indicó, se recuerda simbólicamente este acontecimiento, donde Jesús representa la luz del mundo, razón de ser de las velas.
"Jesús es la luz que da vida y paz a nuestras vidas, pero sobre todo ilumina la tiniebla, oscuridad y angustia que representa al mal y con el que muchos viven", expuso.
Indicó que "Jesús es hijo de Dios, el rey de la justicia y príncipe de la paz" y hay que darle esa dignidad y respeto que merece al vestirlo con el atuendo del propio Niño Dios.
Por eso, subrayó que la vela o el cirio que muchos tienen consigo, compromete a los portadores a ser luz del mundo y no tiniebla ni testimonio de odio o rencor.
En la misa, pidió de manera especial por el Papa Juan Pablo II, "quien necesita la luz para seguir iluminando a muchos hombres en todo el mundo como pastor de la Iglesia, sucesor de Cristo", pues ahora está muy delicado de salud, lamentó.
"Traer al niño, significa para mí una emoción muy grande y es una emoción que he podido transmitir a mis nietos y mis bisnietos", señaló Ernestina Ruiz Vallejo.
Por su parte, Trinidad Hernández, quien lleva cuatro años consecutivos vistiendo al Niño Dios, aseguró que es una tradición familiar, pues significa la presentación después de los 40 días de nacido.
El feligrés detalló que el traje le costó unos 100 pesos, sin embargo no gasta cada año, pues acostumbra a lavar el trajecito y así lo vuelve a usar.