Gómez Palacio, Dgo.- Ayer se celebró en nuestro país el Día del Charro, festejo que fue instituido en el año 1931 por el entonces presidente de la República, ingeniero Pascual Ortiz Rubio, quien emitió un decreto que designaba a la charrería como el deporte nacional por excelencia.
Abraham García Contreras, jefe de prensa y difusión de la Asociación de Charros de La Laguna, recordó que desde entonces se festeja en todas las asociaciones charras de nuestro país tan importante fecha, incluso, en los últimos años, en varias entidades de la Unión Americana, entre ellas California, Nuevo México, Arizona, Texas, Colorado e Illinois, que cuentan con charros y escaramuzas.
Precisó que la charrería nació en lo que es ahora el estado de Hidalgo, extendiéndose más tarde a la Nueva España y floreció en el virreinato de Nueva Galicia, actual estado de Jalisco y sus alrededores.
Poco a poco la charrería creció, al generalizarse el uso de los caballos entre los habitantes de nuestro país, en donde los hacendados y sus servidores de confianza hacían gala de pericia y destreza en el manejo de los animales, realizando las maniobras con arrojo y valentía.
Indicó que la charrería está relacionada con la sastrería, sombrerería, platería, zapatería, fustería, talabartería, curtiduría, fabricación de sarapes, elaboración de reatas, herrajes, bordados y trabajos en pita.
Consideró que el tema de la charrería, único deporte nacional, resulta interesante hasta para integrarlo en un programa a nivel escolar, por tratarse de un valor histórico muy importante.
Actualmente este deporte es regido por la Federación Mexicana de Charrería, Asociación Civil, que alberga a casi un millar de asociaciones en todo México y los Estados Unidos de Norteamérica.
?La charrería está catalogada como uno de los deportes más completos, ya que se activan todos los músculos del cuerpo al comenzar el movimiento del caballo, o al aplicar la fuerza de poder a poder con los animales que están siendo sometidos?, apuntó Abraham García Contreras.
Comentó que los charros y escaramuzas en ocasiones deben recorrer grandes distancias para practicar su deporte y la aportación monetaria del público por presenciar una charreada, subsidia parcialmente los gastos de la misma, el saldo lo pagan los integrantes del equipo o a veces toda la asociación que organiza el evento deportivo.
?Ahí estriba también la nobleza de este deporte, pues arriesgan su integridad física, desde que comienza su relación con el caballo, quien no tiene palabra de honor por nada y menos en cuestión de temperamento, ya que en el momento de meter el pie en el primer estribo, se toca el escalón más importante para llegar al cielo?.
, acortando así la distancia entre este mundo y el de la eternidad?, estimó el jefe de prensa y difusión de la Asociación de Charros de La Laguna.
Insistió en que por ser una actividad llena de tradición y cultura, la charrería ha significado una herencia de padres a hijos, miles de charros y escaramuzas hacen de este deporte-arte un legado que día con día busca obtener mayor lucimiento, pulcritud y dinamismo.
?La afición charra crece a la par de la población, por lo que debe recibir un espectáculo digno de ser valorado por las nuevas generaciones, difundido a toda nuestra nación y al extranjero, por el simple hecho de ser el deporte nacional de México?, concluyó Abraham García Conteras.
