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BOGOTÁ, COLOMBIA.- La actriz colombiana Flora Martínez, quien dejó su figura angelical para hacer el papel principal de la película Rosario Tijeras, manifestó su esperanza de que el filme llegue a las entrañas del público y lo haga reflexionar.
Martínez indicó en entrevista que sólo espera que Rosario Tijeras le llegue a los espectadores "hasta sus entrañas y sus corazones, como nos llegó a nosotros mientras la hacíamos y la vivíamos".
La artista colombiana consideró que el filme dirigido por el mexicano Emilio Maillé permitirá "abrir una ventana para conocer más a nuestra gente y a nuestro país (Colombia)" a través del personaje principal de Rosario.
Flora da vida a Rosario Tijeras, una dama del gatillo, del sicariato y el narcotráfico que está al servicio del poderoso Cartel de Medellín, el cual dominó el narcotráfico en la década de los 80 en esta nación sudamericana.
La cinta es una producción colombo-mexicana dirigida por Maillé y que tiene como base la novela titulada Rosario Tijeras, del escritor colombiano Jorge Franco. Rosario Tijeras es una historia sobre un triángulo amoroso entre dos jóvenes de la alta sociedad de Medellín y una bella sicaria al servicio del narcotráfico a quien conocen en una discoteca en todo su esplendor femenino, en medio de drogas, sangre, sexo y muerte.
Martínez decidió dejar atrás de manera temporal su participación en la pantalla chica de Estados Unidos en la serie Law and Order para apostar por la cinta de Maillé, después de tener experiencia en otras telenovelas nacionales.
La actriz sostuvo que primero fue atrapada por la propuesta de la historia plasmada en la novela de Franco y luego fue motivada por la extrema confianza que le dio el director mexicano, así como el calor humano de la gente de las comunas de Medellín.
"El director me dio su confianza a prueba de todo, me dio alas para volar y volar con la historia", sostuvo Martínez al recordar que para preparar el papel de Rosario se entrevistó con sicarias que están en la cárcel de la noroccidental ciudad de Medellín.
Flora acudió a la fuente primaria de la historia, a la realidad y, sin escrúpulos, estuvo muchas horas en la cárcel de Medellín para conversar con las condenadas por delitos de sicariato o por cualquier otro acto de violencia.
Escuchó atentamente la historia real y de ficción de Leidy Tabares, la misma que interpretó la exitosa película, La Vendedora de Rosas, del director colombiano Víctor Gaviria, que en la actualidad cumple una condenada de 20 años por asesinato.
Pero también estuvo días y semanas subiendo y bajando las comunas, ubicadas en las empinadas y agrestes faldas del noroccidente de Medellín, porque la historia del sicariato al servicio del narcotráfico surgió en los barrios populares de la ciudad.
"Estuve en las cárceles de Medellín, estuve conversando con muchas mujeres de las comunas, con Leidy Tabares, con mucha gente, todos esos personajes generosamente me fueron enseñando ese mundo, su mundo, y compartí con ellos toda su experiencia", indicó Martínez.
"Esta experiencia quizá me marcó... Poder entender más este país, entender más a la mujer, por qué es obligada a tomar la violencia en sus manos, (le permitió) entender mejor el problema social, me abrió una vena que yo no tenía", precisó.
La artista indicó que "cuando uno se mueve dentro del medio de la televisión, con cierta comodidad, no se da cuenta de lo que pasa allá arriba en las comunas, de cómo viven sus gentes y por qué son como son y por qué viven como viven".
La filmación de la película fue una experiencia que también la llevó a reflexionar sobre el fenómeno del narcotráfico, que surgió en este país andino a mediados de la década de los 70 y que aún persiste con nuevas formas y nuevos capos.
"El narcotráfico generó sicarios, pero también lo hace la pobreza tan impresionante de la gente. Si alguien no tiene un peso para un pan y le ofrecen un peso para ir a ?bajar? (matar) a alguien, pues lo va hacer", concluyó.
