EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Para que se investigue a fondo la muerte de su hija, Guadalupe Caldera Chávez formalizó la denuncia en la agencia del Ministerio Público de Homicidios. El esposo y cuñado de la finada son los primeros comparecientes requeridos en el caso.
Aurelio Urbina Suárez, representante social de la mesa dos de Delitos contra la Vida y la Salud de las Personas, dio a conocer que existe una averiguación previa en torno a la muerte de Rosa María Frayre Caldera de 32 años.
Como se informó en su momento, Rosa María fue reportada como desaparecida el 14 de enero. U mes después su cadáver fue encontrado a 200 metros del Centro de Readaptación Social (Cereso). El cuerpo tenía entre 15 y 20 días de descomposición.
Fue mediante una audiencia que tuvieron la madre, tías y vecinas de Rosa María, con el subprocurador, Hugo Armando Reséndiz Martínez y el subdirector de Averiguaciones Previas, Alejandro Moreno Valadez, como se planteó la inquietud sobre las causas que provocaron la muerte de la mujer.
Las inconformes dejaron ver que su incertidumbre aumentó con el hallazgo del cadáver de otra mujer de entre 35 y 40 años, a un costado del puente que atraviesa la autopista Gómez Palacio-Durango, el pasado 24 de febrero.
Urbina Suárez señaló que a la par del desahogo de las comparecencias de José y Martín Quezada González, la denunciante está en la posibilidad de presentar a sus peritos de intención, para poder exhumar el cuerpo por tercera vez.
Fue natural
Basados en los ordenamientos de la Medicina Legal, el Servicio Médico Forense de la Subprocuraduría de Justicia, estableció que la muerte de Rosa María Fraire Caldera de 32 años, fue por causas naturales, en el caso concreto, por un infarto.
Armando Castillo González, médico legista, señaló que a pesar del avanzado estado de descomposición del cadáver, existen indicios que permitieron descartar signos de violencia previa a la muerte.
Ni golpes contusos, heridas producidas por arma blanca o arma de fuego, o algún tipo de asfixia, fueron encontrados en el cuerpo de la finada, que tenía más de 15 días sin vida, bajo la sombra de un Huizache.
Para Castillo González es natural que la familia trate de negar la causa y el efecto de una tragedia como es perder a un ser querido, pero aseguró que los dictámenes clínicos, químicos y demás en torno al caso, son acertados.
