Singapur, Singapur.- Los responsables de la candidatura parisiense mostraron su inmensa decepción por la inexplicable derrota ante Londres, que utilizó métodos más agresivos para que los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) la eligieran sede de los Juegos de 2012.
Nadie en la candidatura francesa señaló las causas intrínsecas del fracaso en su tercer intento en 20 años por obtener unos Juegos Olímpicos, tras los sufridos frente a Barcelona en 1992 y a Pekín en 2008. Pese a que en esta ocasión se quedaron a cuatro votos de la victoria, la desilusión era mayor a la que provocó hace cuatro años la eliminación en la segunda ronda.
Esta vez la capital francesa llegó como favorita a Singapur, donde se produjo la elección, y apostó por la presencia del presidente, Jacques Chirac, el único jefe de Estado de las candidatas presente en la reunión, pero no fue suficiente.
Tras la derrota, los responsables de París insistieron en que su proyecto era el mejor de los cinco que optaban a los Juegos Olímpicos y atribuyeron el golpe a que Londres supo entablar mejor la batalla del ?lobbying? y utilizó una táctica más agresiva.
En caliente, el alcalde de París, Bertrand Delanoe, confesó que la clave de la dolorosa derrota podía estar en su apuesta por el juego limpio, que les impidió contraatacar a las acusaciones procedentes de Londres. Desde Singapur, dejó entrever, sin decirlo, que Londres no había jugado limpio y puso en entredicho las continuas reuniones que el primer ministro británico, Tony Blair, mantuvo con miembros del COI en la ciudad-Estado en los días previos a la votación.
En los días finales del pulso, un miembro de la candidatura londinense sugirió que el Estadio de Francia, que hubiera sido olímpico en caso de triunfo parisiense, era vetusto y no adaptado al atletismo, un ataque al límite de las normas éticas del COI.
?¿De qué se trataba, de hacer la guerra y utilizar instrumentos un poco guerreros en una competición deportiva??, se preguntó un hundido Delanoe, que denunció las citas sucesivas del primer ministro británico, Tony Blair, y el patrón de la candidatura, Sebastian Coe en los días previos a la votación.
?Yo creía que había que tener el mejor informe para ganar?, dijo el alcalde de París, que rechazó hacer la guerra y utilizar instrumentos un poco guerreros en una competición deportiva en la que el objetivo era la unión y la fraternidad de los pueblos.
?Hay reglas éticas que en ocasiones no han sido seguidas por Londres?, afirmó con más contundencia el presidente de la Federación Francesa de Atletismo, Bernard Amsalem.
?Francia tiene dificultades para hacer llegar sus ideas a los miembros del COI?, aseguró el ministro de Deportes, Jean-Francois Lamour, que no lamentó haber apostado hasta el final por el juego limpio.
Más lúcido estuvo el presidente del Comité Olímpico Francés, Henri Serandour, que reconoció que en la ronda final los electores latinos, que habían apoyado a Madrid hasta entonces, se inclinaron por Londres.
El ambiente de decepción ocultó toda perspectiva de que París vuelva a la carga por cuarta vez en los próximos años. Si se respeta la regla no escrita de la rotación de continentes la capital francesa no podría presentarse hasta los de 2020.
Jean-Claude Killy, ex campeón olímpico de esquí y uno de los miembros franceses del COI, afirmó que ?habrá que encontrar gente con coraje para volver a lanzar otra candidatura?.
No sirvieron para calmar la tristeza ni las felicitaciones por el trabajo bien hecho que hizo Chirac, ni el anuncio del primer ministro, Dominique de Villepin, de que las instalaciones deportivas previstas -el velódromo, la piscina y la base náutica- serán construidas pese a todo.
