Durango

Frenan aspiraciones de los discapacitados

Sandra Alejandra ha soportado marginación y burla desde su infancia por ser ?diferente?

Sandra Alejandra Bentancourt Ortega sostiene entre sus brazos a su hija de apenas dos meses de nacida, mientras platica en la mesa con algunas amigas. Meseros van y vienen con las charolas de comida, sirviendo a las mujeres que se han reunido para asistir a un acto convocado por el Congreso del Estado.

Se escucha la música, el murmullo de las risas y las charlas, pero en el caso de la mesa en el que encuentra Sandra Alejandra, el ruido no es mucho, ya que todas las invitadas, departen mediante el lenguaje manual: son sordomudas.

Entablar una conversación con estas duranguenses implica un reto para las demás asistentes, pero Sandra Alejandra puede hablar con cierta dificultad, utiliza un aparato auditivo para escuchar aunque sea un poco. Sabe leer y escribir, así comparte un poco de su vida con El Siglo de Durango.

Apenas tiene 26 años de edad y se dedica a las actividades propias del hogar, al cuidado de su pequeña Paula de Jesús, a quien esperaba con ansia y rogaba a Dios porque se la mandara con bien; dice que tiene nueve hermanos, ella es la hija ?número siete?.

Sandra Alejandra es la única con problemas de audición, así que su papá, desde sus primeros años de edad, la llevaba a una escuela especial para que aprendiera las herramientas suficientes para valerse por sí misma. En la mañana iba a un centro educativo que le brindaba el conocimiento para enfrentar su discapacidad y, por las tardes a un plantel de nivel básico para su formación académica, en dónde convivía con otros menores de edad. Su infancia transcurrió de esa forma.

Pero ir a la ?escuela normal?, no era de su agrado. Los demás niños se burlaban de su situación, no podían comprender que era distinta y que tenía cierto problema para aprender algunas cosas, debido a que no escuchaba bien, todo eso era motivo de señalamientos y críticas; además, la propia profesora la discriminaba.

?Se burlaban de mí porque no hablaba bien y no entendía algunas palabras, ni la maestra me trataba bien?, comenta mientras la bebé comienza a llorar y sin mas tardanza, la mece para arrullarla.

Por eso, decidió abandonar ese sitio cuando cursaba el quinto grado. Luego siguió su formación en un sistema abierto, sólo hasta la secundaria.

El hecho de tener capacidades diferentes no ha sido un obstáculo para que forme su propio hogar. Expone que desde que tenía 12 años conoció a su actual pareja, Juan Francisco, quien por diversas circunstancia emigró al vecino país del Norte y posteriormente regresó.

Fue así como se reencontraron en amor y decidieron compartir sus vidas, ahora unidos por la llegada de su primogénita. Sandra Alejandra manifiesta que no poder entablar una conversación como cualquier otra persona en ocasiones la desespera.

A veces, no puede evitar sentirse mal cuando alguien no la entiende o porque ella no capta lo que le están diciendo, pero son circunstancias que pronto quedan en el olvido. Opina que hacen falta mayores oportunidades de empleo para los ciudadanos discapacitados ya que es una problemática común.

Y de sus planes, cuenta que le gustaría ser maestra de niños sordos, apoyarlos para que encuentren la forma de expresar todas las ideas que llevan dentro y que es importante que los demás conozcan. Posteriormente retorna la convivencia con sus amigas, quienes sonríen en todo tiempo y ven, como Paula de Jesús bosteza y cierra sus grandes ojos.

DEMANDA

La presidenta de la Asociación de Profesionistas con Discapacidad, María Remedios Gaucín Bueno, señala que hace falta mayor apertura en las empresas para dar empleo a personas con estas características, mismas que pueden desempeñar sus funciones de manera óptima.

?Lo principal es que no hay lugares adaptados para integrarnos al trabajo, faltan mas oportunidades, que nos tomen en cuenta en lo laboral?, indica para luego subrayar, que implementan otras medidas para obtener recursos económicos ante la falta de fuentes laborales, como por ejemplo, abrir pequeños negocios.

Dentro de los agremiados en este organismo hay licenciados en Derecho, psicólogos, docentes y licenciados en Ciencias y Técnicas en la Comunicación, pero varios de ellos se enfrentan a que no pueden ejercer su profesión. Así que han pensado abrir un café Internet con el afán de ganarse unos cuantos pesos extras para suplir sus necesidades básicas.

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