EFE
MÉXICO, DF.- El auge de cultivos de marihuana en las montañas del estado de Chihuahua ha frenado la emigración de los indígenas, dice un estudio del Instituto de Antropología e Historia (INAH) difundido ayer.
“La migración de las etnias de la Sierra Tarahumara prácticamente ha desaparecido en la última década ante la presencia de los narcocultivos”, indica el INAH.
Ante las pocas fuentes de empleos legales, los aborígenes rarámuris, tepehuanes, pimas y guarijíos deben “servir al narcotráfico, al contar con la posibilidad de manejar la siembra en volúmenes reducidos, por sujeto o por familia”, enfatiza el estudio elaborado por el investigador Eduardo Gotés.
La migración en la Sierra Tarahumara “se ha reducido a partir de la presencia del narcotráfico, en una expresión del mercado porque hay una demanda del producto”, expresa la investigación. Según el INAH, la marihuana y los otros psicotrópicos pueden ser vendidos a un intermediario, que a su vez los saca del territorio habitado por los indígenas y “los pone en lugares de embarque”.
El estudio no precisa cifras sobre el freno de la inmigración de los indígenas de la Sierra Tarahumara, que hace más de una década salían por cientos hacia Estados Unidos y otras regiones de México, en busca de mejores condiciones de vida.
No es posible perseguir judicialmente a quienes cultivan marihuana en la Sierra, “pues se trata de siembras de entre diez a 40 plantas que no pueden ser detectadas con fotografías aéreas o por los militares y agentes judiciales”, indica el estudio.
“Desafortunadamente, los narcocultivos encontraron un lugar perfecto en la Sierra Tarahumara”, un punto de partida del proceso del narcotráfico que continúa en otras regiones de México, indica el INAH.
Esta actividad ilícita tiene más de 30 años en la región, pero en la última década se ha convertido en un “boom” que involucra a un considerable porcentaje de la población, puntualiza el estudio.