Sólo unos cuantos alumnos de la escuela Anexa a la Normal recordaron al ilustre duranguense
El Siglo de Durango
La fría mañana y el cielo despejado. La figura de Francisco Zarco Mateos iluminada por los rayos del sol. Se recuerda el 172 aniversario del nacimiento del insigne duranguense y por tal motivo, algunas autoridades civiles y militares se han dado cita en la glorieta ubicada en Avenida Fanny Anitúa y Prolongación Aquiles.
La invitación marca que las 9:30 de la mañana es el inicio del acto, pero han pasado ya varios minutos después de la hora señalada y todavía no hay muestras de que se comience.
La Banda de Guerra y escolta del 72 Batallón de Infantería están listas. Los soldados están formados y en completo silencio. A su lado los músicos de la Banda del Gobierno del Estado no desaprovechan para platicar mientras se llega el momento de su participación; hay algunos que afinan sus instrumentos.
En el lugar han puesto un número considerable de sillas para comodidad de los asistentes pero en realidad, la mayoría de los asientos están solos.
Sólo unos cuantos niños de la escuela Anexa a la Normal están presentes. Varios de los pequeños están un tanto entumidos por la baja temperatura. Hay uno que platica que llegaron desde las 9:00 horas. ?Levantarse temprano en sábado?, lamenta el menor que dice ser alumno de quinto grado.
Faltan 15 minutos para las diez. Aunque se dijo que el Gobernador del Estado, Ismael Hernández Deras estaría allí, el Primer Mandatario no llega. En su representación está el secretario de educación, Héctor Arreola Soria quien es cuestionado por los medios de comunicación.
El maestro de ceremonias pide a las autoridades que pasen al templete en donde están sus lugares y al micrófono indica que una vez que termine la entrevista de Arreola Soria dara paso al evento. Es entonces cuando el ex director del Instituto Tecnológico de Durango se apresura a subir al sitio de honor entre las risas de algunas personas.
Los Honores a la Bandera son el primer punto y enseguida se nombra una larga lista de gente que forma parte de invitados especiales. Los niños no tienen muchas ganas de aplaudir así que no hay ovaciones, sólo algunas palmadas sin mucho ahínco.
Es momento de escuchar el discurso oficial. El interlocutor habla y los integrantes de la Banda de Música siguen en el parloteo. No escuchan, están inmersos en sus asuntos. Los menores de edad tampoco hacen mucho caso y cuchichean entre sí.
Procede el depósito de ofrendas florales. El Himno Nacional Mexicano es entonado a todo pulmón por los integrantes del Ejército. Los políticos y servidores públicos también hacen el intento por dar sus mejores notas. Todo ha sido muy rápido, ni 20 minutos han pasado y la formalidad ya ha llegado a su fin.
Rápidamente los asistentes se alejan del sitio. Los encargados de la logística de inmediato comienzan a quitar sillas, bocinas, el templete.
Los chiquillos con gusto se dirigen a su casa. Tras de darse un abrazo los funcionarios se despiden y se encaminan hacia sus automóviles.
Y en la soledad vuelve a quedar Francisco Zarco. Con unas coronas florales a sus pies en un espacio que ya tiene marcas de graffiti y la pintura empieza a deteriorarse.
Personalidad
Francisco Joaquín Zarco Mateos nació el tres de diciembre de 1829.
-Oriundo de Durango capital es hijo de Joaquín Zarco, coronel insurgente que militó bajo las órdenes del generalísimo José María Morelos y Pavón y de la señora María Mateos de Zarco, mujer de descendencia liberal.
-Se inició como periodista escribiendo en el Periódico ?El Siglo Diecinueve? del que llegó a ser director.
-Fue fundador de los periódicos ?Las Cosquillas?, ?La Independencia Mexicana? y ?La Acción?.
-Ministro de relaciones exteriores de la República.
-Diputado del congreso Constituyente de 1856-1857.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.
