En Méxic, miles de personas atestaron la Basílica de Guadalupe, donde se celebró una misa nocturna horas antes de que comenzaran las exequias fúnebres del papa en Roma.
PARIS (AP) .- Grandes multitudes se reunieron en iglesias, catedrales y templos en todo el mundo para darle una despedida masiva y mundial al papa Juan Pablo II, muchos de los cuales inclinaban sus cabezas y oraban al observar las imágenes en vivo del funeral a través de pantallas gigantes de televisión.
En París, aproximadamente 7 mil personas atestaron la Catedral de Notre Dame para poder observar como el resto del mundo el funeral del Papa Juan Pablo II.
Las puertas de entrada a la catedral fueron cerradas en el momento de que la misa de funeral daba comienzo en el Vaticano, debido a que la catedral de Notre Dame estaba llena.
Sin embargo, centenares de personas que fueron sorprendidas por la lluvia afuera del templo pudieron seguir la ceremonia luctuosa en una pantalla gigante de televisión.
Otra enorme pantalla fue colocada en la nave central y otras pantallas más pequeñas fueron colocadas alrededor de la catedral, lo que permitió que los asistentes pudieran dar seguimiento a la misa en el interior.
La transmisión por televisión forma parte de la misa solemne de réquiem que se lleva a cabo en Roma la tarde del viernes.
"Fue un papa para la humanidad. Fue un fenómeno y es que todas las religiones fueron lo mismo para él, pues no hizo distinción entre cristianos y musulmanes", señaló Omer Alain, un hombre de 40 años de Costa de Marfil que asistió a la basílica de Notre Dame para orar por el papa.
En Cracovia, Polonia, Unas 800 mil personas se reunieron en un amplio campo para observar el viernes el funeral del Papa Juan Pablo II, y muchos de ellos pasaron la noche alrededor de fogatas y después de una misa que atrajo a un millón de personas la noche anterior.
Muchas personas marcharon hacia los campos de Blonie, donde Juan Pablo II solía celebrar misas durante sus visitas a la ciudad donde hizo estudios sacerdotales y donde se convirtió en obispo y arzobispo.
"Consideramos que toda la ceremonia se llevará varias horas, pero uno puede hacer ese sacrificio para el Papa, uno puede pasarse esas largas horas", indicó Dominika Cholewa, de 17 años, quien llegó con emparedados y barras de chocolate para la espera de tres horas que durará el funeral.
Apenas había tres pantallas para el enorme espacio, pero eso no pareció importar a las personas que consideraban como suyo al Papa Juan Pablo II.
"El asunto no es ver sino estar aquí juntos, de la misma manera como estábamos aquí reunidos durante sus visitas", comentó Gosia Glinska, de 23 años, una estudiante de la Academia de Bellas Artes de Cracovia.
Boletines de radio y televisión aconsejaban a las personas a llevar alimentos, agua e incluso medicamentos si los necesitaban para llegar al lugar de reunión. Algunos llevaban mantas o sillas plegables.
Una misa celebrada en el lugar el jueves por la noche atrajo a un millón de personas, que convirtieron al campo en un mar de luces de velas.
En tanto, en Wadowice, el pueblo natal de Juan Pablo II, la plaza ubicada frente a la Basílica de Santa María, donde el pontífice fue bautizado, se llenó con 15 mil personas de la localidad y de sitios cercanos para poder observar el funeral en grandes pantallas de televisión.
En Madrid, las banderas de España y el Vaticano, con crespones negros, se agitaban desde balcones y negocios.
En Rumania, centenares de creyentes asistieron a misas en templos católicos en esta nación predominantemente cristiana ortodoxa, en un día en el que el país se encuentra de luto oficial para recordar la memoria del recién desaparecido papa Juan Pablo II.
Más de 100 fieles visitaron la catedral católica de San José en Bucarest para rendirle sus últimos respetos al pontífice, mientras otras personas oraban y encendían velas.
Hubo servicios que se celebraron durante la noche en las ciudades transilvanas de Blaj y Cluj, donde se encuentran los católicos de Rito Oriental, un credo que sigue el ritual de los ortodoxos pero se mantiene fiel al Vaticano.
En la Catedral de la Transfiguración en Cluj, una ciudad ubicada a 400 kilómetros al noroeste de Bucarest, unos mil fieles se reunieron la noche del jueves para una misa. Los sacerdotes anunciaron que habría oraciones y un servicio funeral de 20 horas para marcar la muerte del sumo pontífice.
Una gran fotografía del papa fue colocada afuera de la catedral con la leyenda "No teman al Dios que se hizo hombre". Unas 200 personas observaban una pantalla donde era trasmitido el funeral en la catedral.
En México, cientos de fieles, muchos portando cirios y flores u ondeando banderas mexicanas, se despidieron del Papa Juan Pablo II al alinearse en las principales avenidas de la capital mexicana mientras el Papamóvil vacío se desplazaba hacia la Basílica de Guadalupe.
El vehículo, que fuera usado por el papa durante cuatro de sus cinco visitas a este país, se desplazó lentamente desde la residencia del Nuncio Apostólico en el sudeste capitalino hacia el norte donde está situada la Basílica de la Virgen de Guadalupe, donde Juan Pablo II canonizó al santo indígena Juan Diego en su último viaje a México hace tres años y a donde hizo su primer viaje internacional de su pontificado.
Escoltado por patrulleros y motocicletas policiales, y seguido por unas cuantas bicicletas de fieles, el blanco Papamóvil, del tamaño de una pequeña casa rodante, se desplazaba por la ciudad, con su interior iluminado, pero completamente vacío, salvo por la silla que usó en su última visita, un retrato del Pontífice y algunos objetos de recuerdo usados por el sumo pontífice en sus visitas.
Miles de personas atestaron la Basílica de Guadalupe, donde se celebró una misa nocturna horas antes de que comenzaran las exequias fúnebres del papa en Roma.
Muchos de los asistentes a la misa se quedaron en el templo para observar por pantallas de televisión la misa y las ceremonias protocolarias del funeral del sumo pontífice en el Vaticano.
Coros, cantantes populares e incluso grupos de estudiantinas entonaron canciones en recuerdo del Papa, que en México recibió grandes muestras de afecto.
Mientras tanto, las compañías de televisión mexicanas trasmitían fragmentos de las visitas del Sumo Pontífice y las frases que lo hicieron célebre en México como "México Siempre Fiel".
La celebración mexicana, sin embargo, no atrajo a la cantidad de personas que los organizadores esperaban, quizás en parte por lo complicado del día tras una jornada en la que también fue desaforado el jefe de gobierno de la capital mexicana, Andrés Manuel López Obrador.