Todo fue rápido, pero no terso: hay problemas, aún en la más emblemática estructura del corporativismo priista, la Confederación de Trabajadores de México; pareciera que los vientos de cambio pusieron a prueba la linealidad y disciplina que caracteriza a los líderes obreros y en el proceso para definir al sucesor de Leonardo Rodríguez Alcaine -del que salió ungido como nuevo secretario general, Joaquín Gamboa Pascoe- la división y el malestar se hicieron presentes. El líder de los petroleros, Carlos Romero Deschamps, se abstuvo de votar por Gamboa.
Las opciones eran claras y escasas; sólo dos líderes tenían posibilidades reales de ocupar la silla que dejó vacante “La Güera” y en virtud de esos mecanismos secretos y extraños para quien no vive dentro de la estructura sindical cetemista, la “línea” se marcó a favor de Gamboa Pascoe. De inmediato, 17 líderes emitieron su voto de respaldo a Don Joaquín, por lo que el petrolero no tuvo más remedio que manifestar su inconformidad de la única forma que podía, la abstención. Queda esperar para ver cómo resolverán los cetemistas el problema, o si por el contrario, la pugna crece.
De ahí en fuera, un poco más de lo mismo: Gamboa Pascoe señaló, en su primera conferencia de prensa como líder máximo de la CTM, que se mantiene el apoyo a Roberto Madrazo Pintado para que sea el candidato del PRI a la Presidencia de la República, pero descartó que pida al gobernador del Estado de México, Arturo Montiel Rojas, que decline a favor del tabasqueño como lo había señalado el viernes pasado su antecesor.
Dice que buscará fortalecer la unidad al interior de la CTM y dará continuidad a las demandas de esa confederación, como son buscar la solución a los problemas sociales, económicos y políticos del país y que su prioridad será buscar mejoras a las condiciones salariales y laborales de los trabajadores, sobre todo en lo que se refiere al salario mínimo, que “no sirve para nada”. Total, un poco más de lo mismo.