Vendedores de comida callejera evaden impuestos y permisos y hasta tienen sucursales
Mientras que los establecimientos dedicados a la venta de comida preparada que integran la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera (Canirac) registran una disminución hasta del 15 por ciento con respecto al mismo periodo del año pasado, los vendedores informales de alimentos se encuentran en franco crecimiento en Durango.
Los miembros de la Canirac elevan su queja por la desventajosa situación en que se encuentran, ya que todos ellos deben pagar impuestos, Seguro Social, salarios, permisos y respetar los reglamentos de Salud que les imponen las autoridades, lo que no hacen los vendedores informales, muchos de los cuales incluso mantienen invadidas banquetas, parques y parte del arroyo vehicular en diferentes partes de la ciudad.
Varios de los comercios que expenden comida en la vía pública solamente pagan una cuota anual al Ayuntamiento, pero incumplen con reglamentos de Sanidad, no se encuentran dados de alta en Hacienda y no cubren ningún otro permiso, lo que les permite incrementar sus utilidades en forma desproporcionada, además de poner en riesgo la salud de los clientes.
Y en contraparte, los propietarios de restaurantes formalmente establecidos manifiestan que las cargas fiscales que deben enfrentar, el pago del IMSS, rentas, consumo de energía eléctrica, permisos estatales y municipales, además de otros gastos que deben cargar a sus costos de operación, además de la falta de clientela, han mermado sus ingresos a grado tal que se han visto en la necesidad de reducir su planta laboral y en casos extremos hasta cerrar algunos negocios.