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MÉXICO, DF.- Grupos gasolineros preparan un nuevo sistema de prepago mediante tarjetas electrónicas que serán válidas para deducir la compra de combustibles, informaron integrantes de la Organización Nacional e Expendedores de Petróleo (Onexpo).
Los grupos Sagas, Hidrosina, Grupo Gasolinero México (GGM) y Corpogas, que concentran alrededor de 400 gasolineras, ya llevan a cabo las pruebas piloto de los nuevos sistemas.
Detallaron que la tecnología aplicada para ese fin consiste en un software que opera como un sistema de control central, el cual se enlaza con equipos lectores de las tarjetas que se instalarán en los dispensarios de gasolina y diesel.
El software tiene un costo que oscila entre siete mil y diez mil dólares y cada equipo lector de mil 500 a dos mil dólares, lo que significa que debido al alto costo sólo los grupos con más de diez gasolineras pueden realizar esas inversiones, expusieron.
Los grupos que son propietarios de franquicias Pemex no representan más de 30 por ciento de las siete mil cien gasolineras que operan en el país.
Por ello, en centros de servicio pequeños o que no forman parte de grupos, el cliente tendrá necesariamente que pagar con tarjetas de crédito, de débito o con cheques en caso que requiera la factura de la compra respectiva.
Como se recordará, el Congreso de la Unión aprobó el año pasado el uso de tarjetas de crédito, débito o cheques nominativos para deducir la compra de combustibles a partir de junio de este año.
Sin embargo, la disposición fue aplazada para septiembre próximo porque no se han instalado los equipos lectores de tarjetas en todas las gasolineras, pues únicamente 300 cuentan con dichos dispositivos. Los gasolineros se oponen a pagar las comisiones (de tres a cinco por ciento del importe de la compra) que cobran los banqueros por el uso de las tarjetas y proponen que sean los propios usuarios quienes absorban ese sobrecosto.
Los distribuidores de combustibles sugieren que las comisiones se reduzcan a 1.5 por ciento en el uso de tarjetas de crédito y uno por ciento en el uso de tarjetas de débito, para disminuir el impacto en las finanzas de los clientes.
No obstante las negociaciones no avanzan y pese a que los gasolineros tendrían la obligación de pagar ese cargo, todo indica que serán las personas físicas y morales que requieren deducir ese concepto quienes cargarán con el pago de la comisión.
Para contrarrestar el negocio que representaría para los bancos el uso de estos dispositivos, al obtener ingresos por alrededor de 900 millones de pesos al mes, los cuatro grupos gasolineros preparan el esquema de prepago con tarjetas que se recargarían por la cantidad que requiera el consumidor.
Pero dicho sistema también tiene sus inconvenientes, ya que los clientes no podrán recargar las tarjetas con dinero en efectivo, sino que tendrán que expedir un cheque nominativo, lo que también está sujeto al pago de una comisión a la institución bancaria.
Después de recibir el cheque, el gasolinero lo hará válido ante la institución bancaria y sólo hasta el día siguiente se recargará la tarjeta de prepago, ello para impedir fraudes con cheques sin fondos.
La diferencia es que con ese medio de pago el cliente podrá recargar la tarjeta en una sola ocasión para un determinado tiempo y evitarse el uso reiterado de las tarjetas bancarias y por lo tanto de las comisiones.
La tarjeta de prepago que ofertarán los gasolineros en septiembre o antes de esa fecha tendrá un costo de 11 pesos en la primera expedición, más el saldo que se quiera recargar, y en posteriores ocasiones el usuario sólo tendrá que cubrir el importe que desea consumidor en combustible.
