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Giras presidenciales

Enrique Irazoqui Morales

Por motivos meramente profesionales, tuve acceso de primera mano de cómo se realizan las giras de nuestro presidente de la República en el extranjero. Lo primero que hay que señalar que es la naturaleza humana termina por lo general imponiéndose. El poder seduce, sin duda y el presidencial es delirante.

Esta es la primera conclusión luego de la experiencia vivida por el subdirector editorial del El Siglo de Torreón, Alejandro Irigoyen Ponce, quien asistió no sólo como representante de este rotativo, sino como enviado de la Asociación de Editores de los Estados, agrupación editorial que aglutina a varios de los más importantes periódicos de la provincia y del país, a la gira que el primer mandatario Vicente Fox realizó por España, Italia, Marruecos y Argelia.

Primera impresión. Nuestro colaborador es enviado justo a la cola del avión, flanqueado en su asiento por los mecánicos, así de sencillo. Los de la prensa nacional –uno de los grandes mitos del periodismo mexicano- naturalmente iban mejor ubicados, por ahí la cosa empieza a decepcionar.

Llegando a España, la mala suerte. Un atentado de grupo separatista vasco ETA, vuela un coche-bomba que desplaza a nuestro jefe de Estado a las planas interiores de los diarios españoles. De ahí, empezamos con las verdades a medias, con los tratos llenos de desdén: “la cobertura y los traslados a los eventos de la gira son por su cuenta”, dijeron los encargados de Comunicación a los reporteros que cubrían la gira. Aún más, muchos de los actos fueron privados, mientras Fox se reunía en un salón con importantes empresarios de la península ibérica, los periodistas eran ubicados en un salón contiguo donde por pantallas sólo se podía ver el centro del estrado donde la figura presidencial aparecía en primer plano. Luego venían los boletines que emitía la propia área de Comunicación en boca del vocero oficial de la Presidencia y de ahí puras loas difíciles de creer. “El presidente de Iberdrola -importante empresa española- dijo que Fox es el mejor presidente que ha tenido México, que está feliz con México, que invertirá mucho más en México”, cuentos de hadas que son difíciles de creer cuando no dan la oportunidad de escucharlo de primera voz y cuando ésta es filtrada por su vocero. A veces parece que este Gobierno gusta comportarse de lo que tanto se quejó.

De España a Italia. Sigue la mata dando. El primer ministro cancela su encuentro con su homólogo mexicano por una supuesta influenza, por los pasillos de la delegación mexicana empiezan las filtraciones de que la gira en Roma es un fracaso, que debió cancelar. Una noche pasaron ahí para continuar a Marruecos, su tercera escala. Aquí nuestro presidente dejó ver una de sus conocidas características; arrebatado, campirano, bronco. La anécdota se basa en un diálogo que se sostiene con el ministro de Relaciones Exteriores marroquí, que en perfecto español disiente sobre la postura del Gobierno mexicano acerca de la economía informal. Al término de su intervención el canciller agradece con caravana a Fox por haberlo escuchado, mientras nuestro presidente durante la misma se mostró aburrido y distraído, incluso platicando con el de a lado. Torpe en la diplomacia, pues.

Concluyen en Argelia, que realmente lo rescatable de este punto es lo turístico. La capital Argel, tiene escenarios fascinantes; de resultados: sabrá Dios.

Conclusiones interesantes. Uno. Las giras casi nunca funcionan, es un pretexto para que el Ejecutivo se luzca, reciba tratos excepcionales que le satisfagan su ego a él y a la corte que le acompaña con dinero del pueblo.

Dos. La creencia e injusta percepción de los medios residentes en la Ciudad de México que ellos son el ombligo del mundo. Muchos de estos chilangos trabajan en diarios que circulación en por mucho inferior a varios de los periódicos de la provincia y lo peor de todo es que los funcionarios encargados de facilitar su trabajo, se la creen y discriminan a quienes no habitan en el Valle de México. Las clásicas preferencias y canonjías para desempeñar su trabajo versus a los del interior de la República eran más que burdas.

Tres. El equipo presidencial está dividido, fraccionado, cada quién su rollo. Nadie cuida al presidente, así que todo es campechanía. Esa es una imagen persistente, ‘regarla’ seguido.

Remate: Fox y la bola de burócratas están sumidos en las mieles del poder y del erario y deshonrosamente lo malgastan en ocasiones, en especial en los viajecitos, tal y como los priistas lo hacían, con la diferencia que además de alzados son ineficientes hasta en las relaciones humanas.

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