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Grandes estrategas en grandes ligas

Gullén y Cox ganan Americana y Nacional.

Nueva York, NY.- Como se esperaba, el venezolano Ozzie Guillén, de Medias Blancas de Chicago, culminó su brillante temporada siendo nombrado ayer como el Manager del Año de la Liga Americana, mientras que el veterano Bobby Cox, de Bravos de Atlanta, lo ganó en la Nacional.

Guillén, de 41 años, que logró 99 triunfos con los Medias Blancas, no tuvo rival en la votación al recibir 17 sufragios para el primer lugar, cinco para el segundo y cinco para el tercero, que lo dejaron con 105 puntos.

Eric Wedge, de los Indios de Cleveland, fue segundo con 71 puntos; Joe Torre, de los Yanquis de Nueva York, tercero, al recibir 43 y la gran sorpresa fue ver en el quinto lugar a Mike Scioscia, de los Angelinos de Los Ángeles, que sólo sumo siete puntos, por detrás de Ken Macha, de los Atléticos, que quedó en cuarto lugar con 21.

Los Medias Blancas, que no eran favoritos en la División Central, lideraron la Liga Americana con 99 victorias.

Guillén no solamente mantuvo el empuje de los Indios al final de la temporada regular, sino que obligó a la prensa de Chicago y el resto de los Estados Unidos a darle la cobertura que le robaron los Cachorros de Chicago todo el año.

?No me preocupa cómo me traten, ni que me den respeto y atención, tendrán que hacerlo algún día?, comentó Guillén cuando valoró la manera como la prensa lo trató durante la temporada regular.

El primer manejador venezolano en un equipo de grandes ligas llegó a los Medias Blancas para ocupar el puesto dejado vacante por Jerry Manuel, que también ganó el premio del Manager del Año en el 2000, siendo el quinto que lo consigue en la historia del equipo.

Guillén, que se convirtió en el primer manager latinoamericano que gana una serie mundial, fue el tercero que ha recibido el premio del Mejor del Año después que se lo dieron al dominicano Tony Peña, con los Reales de Kansas City, en 2003 y a Felipe Alou, con los Expos de Montreal, en 1994.

Si Guillén dominó en la votación de la Americana, en la Nacional Cox se quedó a sólo dos votos para el primer lugar de ganar el premio de manera unánime. Cox, que guió a unos desmejorados y rejuvenecidos Bravos de Atlanta a su decimocuarto título de división consecutivo, recibió 28 votos para el primer lugar y cuatro para el segundo para 152 puntos.

El veterano Tony La Russa, de los Cardenales de San Luis, fue segundo con 52 puntos y Phil Garner, de los Astros de Houston, el equipo rival de los Medias Blancas en la serie mundial, quedó tercero al recibir 38 puntos.

Tradicionalmente ignorado, aunque ya ganó tres premios de Manager del Año, Cox utilizó a 18 novatos para ganar la difícil División Este a los Filis de Filadelfia, Marlis de Florida, Mets de Nueva York y los sorprendentes Nacionales de Washington.

Cox, que ganó por segundo año consecutivo el premio, se convirtió en el primero en la historia de las votaciones de la Asociación Americana de Cronistas que cubren el beisbol de las grandes ligas, que lo consigue.

El veterano manejador de los Bravos ya había ganado el premio en la temporada de 1985, cuando estaba con los Azulejos de Toronto, en 1991 con los Bravos y el año pasado también con el equipo de Atlanta.

Cox se convierte en el segundo manejador en la historia del beisbol profesional que gana el premio cuatro veces.

como lo hizo LaRussa, mientras que se une a Dusty Baker, de los Cachorros de Chicago, como los dos únicos que se lo han dado con un equipo del viejo circuito.

?Ya tengo dos anillos de serie mundial y quiero seis más?, declaró Guillén tras ganar el miércoles el premio al Manager del Año de la Liga Americana. ?Quiero ser como Michael Jordan, con anillos por doquier?.

Jordan salió campeón seis veces con Bulls de Chicago durante los 90, convirtiéndose en un ídolo en la Ciudad de los Vientos.

Tras conducir a los Medias Blancas a su primer campeonato de serie mundial en 88 años, el piloto venezolano es quien se ha arropado con el manto del retirado astro del basquetbol. Su otro anillo lo logró como coach de tercera base de los Marlins en 2005.

Y Guillén no quiere que Chicago espere nuevamente una eternidad para festejar un título, como lo hizo el mes pasado tras barrer en cuatro juegos a los Astros de Houston en el clásico de otoño.

?Ahora que hemos ganado esto, me siento con más ganas de repetirlo, quieres volver?, afirmó Guillén. ?Ya se lo dije a Kenny Williams (el gerente de Medias Blancas) y a Jerry Reinsdorf (el dueño)... ?quiero que Chicago siempre tenga una actitud de campeón?. No quiero esperar otra vez 88 años?.

Guillén ganó el premio en su segundo año como piloto, el primer venezolano en asumir el mando de un club en las mayores.

De salida, no titubeó en pedirle cuentas a todos en el equipo, sin importar que fuesen luminarias como Frank Thomas.

En su primer año, en 2004, los Medias Blancas acabaron con una decorosa marca de 83-79. Pero Guillén y Williams se propusieron cambiar radicalmente el perfil del equipo.

El más fundamental fue el cambiar el estilo de fabricar carreras, dejando a un lado el producir mediante jonrones, optando por recursos como robar más bases y toques de sacrificio.

Tampoco vino mal que Chicago contó con una de las rotaciones de abridores y bullpen más dominantes de las mayores, así como una defensa muy segura.

?Lo malo fue que tuvimos que ganar muchos partidos por una sola carrera y eso me puso loco?, señaló.

El resultado fue una campaña con récord de 99-63 para llevarse el banderín de su división y después se pasearon en la postemporada con registro de 11-1.

?No necesitamos superestrellas. Precisamos jugadores que se preocupen del nombre en el pecho, que el que llevan atrás en el uniforme?, dijo Guillén.

Su premio fue otorgado simultáneamente al de la Liga Nacional y la casualidad fue que el ganador resultó ser Bobby Cox, su manager durante el ocaso de su carrera. Guillén reconoció la fortuna de haber tenido a Cox como mentor.

?Bobby Cox me dio la oportunidad de aprender, me enseñó muchas cosas?, indicó. ?No hay nadie como él para enseñarte cómo enfrentar las situaciones que se producen dentro y fuera del terreno?.

A sus 41 años, Guillén es el segundo dirigente más joven en las mayores y reconoció que dirigir no es ningún paseo.

?No es fácil dirigir en estos tiempos porque hay muchos jugadores con grandes contratos, con muchas ínfulas, que se creen que están encima del manager?, dijo. ?Pero tuvo la suerte de contar en mi clubhouse con un grupo excepcional de jugadores?.

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