El Universal-AEE
MÉXICO, DF.- "Señora Santa Ana, ¿por qué llora el niño?....", es la frase con la que inicia la canción de cuna favorita de Guadalupe Pineda, ya que todas las noches arrullaba a su pequeña Mariana con ella.
Han pasado los años y ahora su única hija escuchó este tema desde una butaca en la sala "Manuel M. Ponce" del Palacio de Bellas Artes, en lo que fue el show case de su disco Un Mundo de Arrullos.
"El momento de acostar a mi pequeña Mariana era para mí el más íntimo y puro de los espacios en mi vida, porque recuerdo que mi mamá, quien no me pudo acompañar esta noche porque acaba de salir del hospital, también me la cantaba", recordó la cantante.
"...Por una manzana que se le ha perdido", continúa la estrofa de esta canción, y mientras el público atiende cada nota vocal de Pineda, Mariana recorre los momentos de su infancia con este canto.
"Me encantaba escuchar la voz de mi mamá antes de dormir, y hasta la fecha guardamos ese espacio para platicar, pero ahora le cuento de mis novios y de lo que me pasó en el día", narró Mariana.
Por ello, este disco representa para ambas un sueño hecho realidad, porque es un arrullo que ha pasado de generación en generación.
Son 19 los temas que componen esta producción discográfica, y no sólo incluye canciones de autoría mexicana, sino también de Francia (Fais Dodo Colas), Israel (Hechalil), Cuba (Duerme Negrita), Alemania (Arrullo de Brahms), Brasil (Para Ninar), España (Nana) y Estados Unidos (Summertime), entre otros, los cuales interpreta Pineda en su idioma original.
"Vamos a la huerta, cortaremos dos...", es la frase con la que continúa "Señora Santa Ana", la cual interpretó a capela, a petición de una anciana del auditorio, al final de la breve presentación a la que asistió el senador Diego Fernández de Cevallos, así como Eugenio Toussaint, productor de este álbum.
Parte de las ventas recaudadas por el disco serán destinadas a la fundación Sólo por ayudar, que preside Lolita Ayala, dedicada a la protección de niños desamparados.
Y para culminar el evento, Pineda termina aquella canción de la Señora Santa Ana entonando la frase "...una para el niño otra para Dios", y después de los aplausos, Mariana se acercó para abrazar a su madre.