Eduardo "Guayo" Valenzuela se presentará en Festival de Cine Ibérico y Latinoamericano.
EL SIGLO DE TORREÓN
El dibujante y grabador lagunero Eduardo “Guayo” Valenzuela, presentará la exposición individual A la Brava Ese, en el Centro Cultural internacional Kotopo en la ciudad de Lyon, Francia, dentro del marco del Festival de Cine Ibérico y Latinoamericano. La muestra permanecerá del seis al 16 de mayo del año en curso.
El Centro Cultural Kotopo es un espacio multi étnico no lucrativo donde se fomenta el intercambio entre los artistas de distintas nacionalidades y disciplinas.
Por su parte, el Festival de Cine Ibérico y Latinoamericano, se presenta desde 1985 y es un foro privilegiado para autores de habla hispana. El festival se llevará a cabo en Le Zola, un cine antiguo reacondicionado.
La obra de “Guayo” Valenzuela está compuesta por imágenes que reflejan la realidad social de ciertos grupos marginados del norte del país, a través de la vida de los “cholos”.
En sus cuadros “Guayo” retrata las inquietudes y religiosidad de este segmento de la sociedad.
“Es arte urbano que intenta interpretar la vida de pandilleros, pero siempre tomando como punto de referencia el lado de la fe divina” comenta.
Para “Guayo”, es importante mostrar en imágenes las vivencias producidas por los “cholos” y llevarlas hasta el tórculo, con lo cual ha conseguido obras tan elocuentes como A la Brava Ese, una de las más características de su producción.
Imágenes de un norte distante
El paisaje del norte de México suele tener extensas zonas desérticas, regiones donde casi no llueve y lugares donde se pueden encontrar dunas de arena similares a las del Desierto del Sahara. Ubicado lejos (muy lejos) de la capital, de las afamadas pirámides prehispánicas, de las ciudades coloniales y de las tradiciones populares del resto del país, el norte de México está muy cerca de los E.U. y es ahí donde se siguen desarrollando espacios híbridos. Ubicados entre las fronteras reales y las imaginarias, entre los mitos, las alegrías, los horrores y las esperanzas, surge una forma de vida que “No es mexicana ni norteamericana, sino más bien mexicana y norteamericana al mismo tiempo” agrega “Guayo”.
Espacio donde abundan las mezclas: El whisky y el tequila, los tacos y las hamburguesas, el rock pesado y la música grupera, imágenes de Madonna junto a las de los innumerables santitos y vírgenes. Éstos son los territorios donde aparece el “Spanglish”, pero... ¿Qué es el Spanglish?; la fusión del español con el inglés ¿y hacia dónde lleva todo esto? “No se sabe con precisión, pero no por eso resulta menos fascinante”.
Es pues éste el terreno donde alternan cierto tipo de individuos: Desde indios y cowboys; narcotraficantes y policías, hasta personas muy ricas junto a personas muy pobres. Son estas zonas de naturaleza marginal y contradictoria que surgen los “cholos”, fenómeno de la subcultura de los jóvenes de los barrios populares de ascendencia mexicana situados en el este de Los Ángeles, los que en un corto período de tiempo acabaron por extenderse a las ciudades situadas en ambos lados de la frontera. “Algunos dicen que la palabra ‘cholo’ viene del ‘show low’, algunos otros argumentan que viene del castellano y que significa lindo civilizado, de origen mezclado, o de rasgos indiados”, comenta el artista. Pero la única certeza que se tiene es que se trata de una propuesta de resistencia, periférica, lo que en su momento no altera la creatividad, los cholos tienen y recrean su universo; su forma de vestir (paliacates y ropa muy amplia) la que acaba por parecer ofensiva al resto de la sociedad; imponen sus murales (mezcla del graffiti con la tradición pictórica del muralismo mexicano) llenos de alegorías y significados religiosos y raciales, en un intento de afirmación de identidad cultural.
Acerca de todo eso Guayo compartió más: “Desarrollan un sistema mediante sus manos de delimitar su territorio (tirar barrio); fomentan la pasión por el barrio y por los orígenes mexicanos (‘por mi barrio muero, por mi barrio mato’). Celebran las anécdotas y tragedias pintándolas en su cuerpo mediante tatuajes. Su relación con las drogas y la violencia les hace convertirse en los ‘batos locos’ que viven ‘la vida loca’. Y es ahí donde la magia se manifiesta, la vida propia adquiere dimensiones míticas, el aire de valentía y redención, fe y religiosidad”.
Es pues el espacio que soslaya los límites de lo natural y lo sobrenatural, donde fluyen por igual la nauseabunda alcantarilla y el milagro redentor, la vida y la muerte bailan cumbia en la pachanga de la esquina, “Emilio (El oxaco) después de vivir y dormir en diferentes bancas de una plaza, es contratado por un circo donde encuentra su verdadera vocación: Ser domador de hienas; los homies del barrio 18 se persignan y ofrecen una ofrenda a los espíritus de sus muertos antes de ir a tirarse de plomazos con la pandilla rival”. Cuestión de fe, terreno de bendiciones y anatemas.
Si en el resto del país la cultura popular es parte de “Los orígenes nacionales” en los estados fronterizos (en las ciudades cerca de la frontera) “la vida loca” forma parte, pertenece al desierto, al paisaje del norte de México.
Los grabados
Entre los muchos títulos que se fueron a Lyon Francia para ser expuestos se encuentran:
A la brava ese
El Ángel de Jacob
Tirando Barrio
El Salmo 23
FRASE
“A través de un dandismo grotesco y de una conducta anárquica señalan no tanto la injusticia o la incapacidad de una sociedad que no ha logrado asimilarlos, como su voluntad personal de seguir siendo distintos”.
Octavio Paz El laberinto de la soledad