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Guerrero: la verdadera historia/Satiricosas

Manú Dornbierer

Mis detractores dicen que soy una incondicional del PRD y que sólo critico al PAN y al PRI. La neta es que a veces... es cierto y mi coincidencia con las ideas perredistas (justicia social, nacionalismo, etcétera) puede volverme indulgente, pero también lo es que admiro a Platón, antes que nada amigo de la verdad y que cuando el PRD se pragmatiza a los grados que lo hizo en Guerrero, no puedo evitar revelarlo a la opinión pública porque tengo un compromiso de veracidad desde hace 30 años.

Lo que aconteció en Guerrero en la reciente elección, es un fenómeno parecido al que sucedió a nivel nacional en 2000, algo que no ha sido precisamente favorable para la auténtica democracia en México.

Hagamos memoria: Al “priista” Zedillo se le quemaban las habas por soltar el poder por su propia gana, pero por órdenes superiores, no todas nacionales, aun traicionando al PRI, supuestamente su partido y mucho más grave, a su país.

Como prueba de esto, vemos hoy lo bien que le va en USA y también con nosotros, los bravos mexicanos que no le hemos fincado realmente ni siquiera la responsabilidad de dejarnos sin bancos y sobre eso, la inmensa deuda del Robaproa para beneficiar a bancos compradores extranjeros Todos. Claro, ayudó a Fox que Labastida fuera un mal candidato y su mujer -a la que el PRI en aquel entonces le dio 12 millones de pesos para su propia promoción llamada “Redes”-, cayó muy mal por comportarse en campaña como si ya fuera la señora presidenta. ¡Lo que son las cosas! La actitud que hoy le reprochamos a Mrs. Sahagún de Fox, es igual a aquélla de la mujer de Labastida que tantos votantes le alejó.

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El Zedillo de hoy en Guerrero se llama René Juárez, hasta el próximo abril gobernador priista de la Entidad, ya que el seis de febrero fue electo con bombos y platillos su relevo, Zeferino Torreblanca, candidato del PRD. Si a otros gobernadores priistas se les puede reprochar que utilicen dinero del erario para apoyar a sus compañeros de partido en las elecciones, no es el caso de René.

El dinero lo saca para su bolsillo. Según se le oyó decir a él mismo, no le dio ni un peso a Astudillo, derrotado candidato del PRI a la gubernatura. El mucho dinero que el PRI invirtió en él vino de cualquier parte, menos de René o del PRI local, capitaneado por el precandidato priista de Rubén Figueroa, Vicario o Sicario según la ocasión, al que Astudillo le ganó la elección interna.

El gobernador Juárez se apresuró a enviar a la campaña de Zeferino a un casi hijo, su ayudante de toda confianza, Carlos Sánchez y a su casi padre, Héctor Popoca.

Y tampoco faltó Rafael Acevedo, secretario de Finanzas de René que abiertamente dice que “podría repetir con Zeferino”. ¿Por qué todo esto? Para no quedarse totalmente fuera del nuevo poder y para que Torreblanca no se meta a investigar su enorme enriquecimiento muy explicable, así como el de su secretario de Desarrollo, Juan Faril y de otros funcionarios involucrados en obras caras y poco útiles.

El caso es que Zeferino Torreblanca, al que antes le gustaba investigar la deshonestidad de sus antecesores (Rogelio de la O, ex alcalde de Acapulco, por ejemplo), ahora curiosamente ha avisado que él viene a gobernar, no a ser policía. ¡Qué noble! Resulta así que al único al que le hizo daño la conocida falta de honradez de René Juárez -además de al estado de Guerrero- fue al candidato del PRI.

¿Zeferino habría aceptado ser tapadera para que haya paz y armonía? Si René Juárez actuó como el Zedillo de Guerrero, Zeferino sería su Fox. Desde luego no tendrá el poder para hacer todo el daño que ha hecho el presidente. Por mal que me caiga Torreblanca, según dicen buen administrador del dinero, por su grave falta de visión como alcalde de Acapulco que acorrientó al puerto en materia de urbanismo y de turismo, por la cobardía que le vi frente a la corrupta Comisión Nacional del Agua enviada tras el huracán “Paulina” a hacer obras por Zedillo (las hizo caras, a medias y mal) y sobre todo por ciertas amistades, no creo sin embargo que sería tan antipatriota como su amigo y primer patrocinador, el panista Vicente Fox.

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Los ingenuos hombres de negro del Canal 11, entre los que la más viva es Carmen Aristegui, hicieron sonreír al auditorio conocedor con su entusiasmo por “la desaparición del cacicazgo en Guerrero”. Agustín Basave, con todo lo hirsuto y bigotón que es, debió vestirse esa noche de rosa pálido, color de la inocencia. Y es que el cacicazgo de Figueroa persiste más sano y salvo que nunca. Si a alguien apoyó en la reciente y trascendente campaña por la gubernatura de Guerrero fue a su socio Zeferino, que goza de la simpatía popular y al que ya había llevado Figueroa anteriormente a la alcaldía, cuando el PRI local, del que era presidente René Juárez, le rechazó a su candidato Rubén Robles Catalán y designó en su lugar a Ernesto Rodríguez Escalona.

En aquella ocasión Figueroa hizo votar a sus huestes por Zeferino en venganza contra el PRI ¡y ganó Torreblanca por primera vez! Los caciques, como Jalisco, nunca pierden. Y el guerrerense es una “chucha cuerera”. Él y su familia tienen demasiados intereses en Guerrero, desde los fertilizantes hasta las sombrillas de las playas, como para ponerse en el menor riesgo de perderlos y hasta de disminuirlos. Y el PRI de Roberto Madrazo ¿otro ingenuo? seleccionó a su candidato Astudillo en función del apoyo del cacique.

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¿Es tan malo en pragmatismo del PRD? La política por definición es inmoral, pero para todo hay límites. El pragmatismo del PRD en esta ocasión podría comprenderse, aunque el mismo Leonel Godoy se enteró del albazo de Zeferino contra su rival Chavarría en la elección interna. El PRD debe avanzar hacia la cima y sus triunfos en Guerrero y en Baja California son de gran importancia.

Pero lo malo, lo inaceptable es que Guerrero sufrió una Guerra Sucia escalofriante y siniestras matanzas entre las que destaca la de inermes campesinos en Aguas Blancas, un crimen priista que le costó a Rubén Figueroa la gubernatura no obstante que su compadre Zedillo, con el que por cierto sigue haciendo negocios, a último momento decidió perdonarlo.

¿Quedará todo esto en un limbo pragmático bajo un gobierno inspirado en la justicia social?

www.manu-dornbierer.com.mx

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