EL SIGLO DE TORREÓN
MATAMOROS, COAH.- Sentado debajo de un pequeño árbol en una vieja banca de la Plaza de Armas de la ciudad, se encuentra Gilberto Meléndez de León.
Una vieja y empolvada cachucha cubre su calva cabellera y lo protege de los intensos rayos del sol. Con los ojos mirando hacia el cielo, recuerda el día que llegó a esta ciudad.
“Nací en el ejido Hidalgo en el estado de Zacatecas, pero mis padres, cuando yo tenía tan sólo un año y medio de edad, me trajeron”, platica Gilberto.
A sus 74 años de edad, asegura haber recorrido cada una de las calles del municipio arriba de su triciclo ofreciendo sus paletas de hielo.
“Son más de 15 años los que me he dedicado a vender paletas por toda la ciudad”, comenta Gilberto mientras se acomoda su cachucha.
Rascando su blanca cabellera, comenta que antes de dedicarse a la venta de paletas trabajaba en la labor pero sus piernas no se lo permitieron más.
“Las reumas comenzaron a invadir mis piernas y no me dejaban caminar, ahora aunque ando en mi triciclo me es más fácil trasladarme de un lugar a otro”, dije aquel paletero de avanzada a edad.
Gilberto, con una gran sonrisa en el rostro, dice que sólo trabaja para él y su esposa María de los Santos, quien, asegura, la espera en casa todos los días con una rica comida.
“Sólo tuvimos un bebé pero se murió cuando estaba pequeño y Dios ya no nos permitió ser padres nuevamente, por eso desde entonces trabajo sólo para mi esposa”, dice Gilberto.
Con una mano deteniendo su triciclo y con la otra tocando su barbilla, comenta que cuando el invierno llega, cambia las paletas por churros y naranjas, las cuales al igual que las paletas representan buenas ganancias para sacar adelante a su pequeña familia.
“Sale lo suficiente como para vivir modestamente mi mujer y yo, no nos podemos quejar”, dice aquel hombre.
Gilberto comenta que los jueves los utiliza para descansar de las largas jornadas de trabajo que él mismo se impone, “en ocasiones aprovecho mis descansos para visitar a una de mis hermanas, a San Juana, quien vive aquí mismo en Matamoros, al resto de mis hermanos nos los puede ver seguido pues en otros estados”, dice.
Apoyándose en su viejo y despintado triciclo, se levanta para lograr subirse en él, a punto de partir Gilberto asegura que no dejará de trabajar hasta que muere o hasta que su cuerpo no se lo permita.
La oferta
Dependiendo de la temporada, Gilberto ofrece:
En verano
- Paletas de uva, fresa, coco, chocolate.
- Esquimales de varios sabores.
- Barras de nuez.
En invierno
- Churros.
- Dulces.
- Naranjas.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón
