La cinta del director Fernando Eimbcke se adjudica 11 galardones
Notimex
México, DF.- La película Temporada de Patos de Fernando Eimbcke fue la gran triunfadora en la 67 entrega de los Premios Ariel al adjudicarse 11 estatuillas incluyendo Mejor Ópera Prima de Ficción, Mejor Película, Mejor Actriz y Mejor Actor.
La cinta recibió también los Arieles por Mejor Edición, Diseño de Arte, Sonido, Música Compuesta para Cine, Fotografía, Guión Original y Mejor Director.
Mientras que la película Voces Inocentes de Luis Mandoki que estaba nominada en diez categorías, se conformó con tres preseas a lo Mejor en Efectos Especiales, Maquillaje y Co-actuación Femenina.
En otro lado del Palacio de Bellas Artes, la escena se volvió a repetir... el lagunero Raúl Méndez fue nombrado como uno de los candidatos a obtener el Ariel por su participación en Matando Cabos. Al igual que en su nominación a las Diosas de Plata sintió la emoción y su adrenalina subió al máximo, pero nuevamente se fue con las manos vacías.
El premio al Mejor Vestuario fue para el filme Abraham y Eva (Todavía); Mejor Guión Adaptado para la cinta Huapango; la Mejor Co-actuación Masculina se la llevó Carlos Cobos por su trabajo en Conejo en la Luna.
De Raíz, de Carlos Carrera, obtuvo la presea al Mejor Cortometraje de Animación, en tanto que Un Viaje, de Gabriela Monroy, se llevó el premio a Mejor Cortometraje de Ficción.
En esta ocasión, el Ariel de Oro se entregó al destacado cineasta Julio Pliego por su valiosa obra documental y a la actriz de origen cubano Carmen Montejo por su trayectoria artística.
En el rubro de cortometraje documental la obra fílmica Soy, de Lucía Gajá, fue la ganadora, al igual que Trópico de Cáncer, de Eugenio Polgovsky que ganó en Mejor Ópera Prima Documental.
Finalmente, la cinta Digna, Hasta el Último Aliento, de Felipe Cazals, mereció el trofeo al Mejor Largometraje Documental.
Priva desorganización
En medio de una gran desorganización que por momentos empañó los ánimos de los asistentes, se llevó a cabo la entrega de los Premios Ariel en el recinto de Bellas Artes.
Carentes de una alfombra roja y de luminarias comenzaron a arribar algunos de los invitados que tuvieron la mala fortuna de sufrir el desorden que imperó desde horas antes de iniciada la ceremonia.
A pesar de que la cita estaba programada a las siete de la noche, fue hasta dos horas después que se permitió, poco a poco, el ingreso al recinto provocando aglomeraciones de admiradores que por momentos rodeaban a las personalidades que acudieron, en busca de un autógrafo.
Además en esta atropellada ceremonia hasta los medios de comunicación debieron luchar para poder tener acceso y después de largas horas de espera, se dio el llamado ?portazo? donde al final, público y periodistas ingresaron al recinto sin presentar acreditaciones.
Eugenio Derbez fue una de las personalidades que causó revuelo en esta entrega de premios a lo mejor del cine mexicano, y no dudó en hacer extensivo su descontento ya que la mala organización hizo que su acompañante la actriz Dalilah Polanco fuera tirada por la multitud de admiradores del comediante.
La actriz expresó su descontento por lo sucedido, y un poco nerviosa, y con lágrimas en los ojos relató que no sólo la tiraron al piso sino que también la tocaron en diversas partes de su cuerpo lo cual fue para ella algo molesto y desagradable.
Por otra parte, de los primeros en llegar a esta reunión fue el director Luis Mandoki, quien manifestó su felicidad por las múltiples nominaciones de su película Voces Inocentes.
Puntualizó que para él, su mayor premio es el reconocimiento del público, y que eso es su gran reto todos los días.
Fernando Eimbcke, gran triunfador de la noche por su trabajo en la cinta Temporada de Patos, por algunos minutos acaparó la atención de los medios aunque para algunos curiosos que se encontraban afuera del recinto pasó desapercibido.
Otros de los que llegaron a temprana hora a la entrega fueron las actrices Adriana Fonseca y Mariana Ávila, así como Julieta Egurrola, Regina Orozco y el actor infantil Carlos Padilla, quien fue la sensación a su llegada y con la sencillez que lo caracteriza, comentó: ?Vine a la entrega simplemente a disfrutarla?.
Afuera del inmueble la desorganización siguió imperando y entre el gran tumulto algunos niños de la calle trataron de colarse, provocando desmanes y al no poder detenerlos comenzaron a lanzar algunas piedras hacia los vidrios del inmueble lo que propició la movilización de algunos elementos de seguridad.
