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México, DF.- De personalidad camaleónica, poseedora de una voz prodigiosa y con el poder de convertirse en una verdadera diva sobre el escenario, la llamada ?Madre del punk?, Nina Hagen, cumplió su deuda con el público mexicano y debutó en escenarios aztecas como sólo los grandes pueden hacerlo.
Aproximadamente mil 600 personas congregadas en el Salón 21, fueron testigos de un espectáculo musical tan versátil, en el que igual se le escuchó a Nina cantar punk, que ska, reggae, rock, ópera, jazz y música de cabaret.
Como un ritual, la artista apareció en el escenario en punto de las 21:00 horas de ayer, ataviada con un vestido floreado, un enorme moño rojo y mallas, al ritmo de la ovación de la audiencia, entre la que figuraron darketos, punketos, metaleros y uno que otro dragqueen; estos últimos portaron pelucas de colores encendidos, zapatos de plataforma y ropa que dejó ver las curvas de sus cuerpos.
Cabe señalar que entre los asistentes también desfilaron algunos roqueros mexicanos como Poncho Figueroa (Santa Sabina), Kenny (la de los Eléctricos) y el grupo Titán.
?Buenas noches, Mexico city? gritó Nina como banderazo del festín, y con ello dio inicio al recital con el tema Return of the Mother, con el que la intérprete dio tan sólo una probadita de la potencia de su voz.
Le siguieron Let me Entertain You, Born in Xixax, African Reggae, Live The life y King of the Heart, para luego deleitar al público con su canción UFO, en el que Hagen refleja aquella experiencia vivida hace 25 años con ovnis, justo después de unas vacaciones en la ciudad de Tijuana, Baja California.
Uno de los momentos claves del recital fue cuando ?La madre del punk? rindió homenaje al desaparecido y ya legendario líder de Nirvana, Kurt Cobain, a quien dedicó su tema All Apologies, en una sentida interpretación que puso la carne de gallina a los ahí presentes.
Y como una característica de esta diva alemana, Hagen interpretó un tema, en el que, explicó, fusiona ritmos de algunos pueblos del Himalaya, para posteriormente ejecutar el tema Cosma Shiva, en honor a su hija, cuyo nombre da título a la canción, y en la que los mantras evocaron, mediante los sonidos hindúes y las palabras, la sanación y el desarrollo espiritual.
Es polifacética
La diva alemana Nina Hagen también mostró sus dotes en la ópera, profesión que abandonó para dedicarse al punk, en la canción Ave María, pieza de Schubert, y que data de 1825.
Y como una artista muy completa, Nina también recordó sus habilidades histriónicas al cantar Mimi, del musical Cabaret, el cual llevó a la fama a la actriz Lisa Minelli, en 1972.
Después de una primera desaparición del escenario, Nina Hagen regresó para complacer a sus seguidores con dos de sus obras maestras: New York, New York y My way, con los que revivió viejas glorias, cuando en la década de los 80 se colocó en la mira de los adeptos al punk y la crítica musical como la hija pródiga de la Alemania del Este.
La deuda con los mexicanos estaba saldada y tal como los pronóstico ella misma, se le vio tan contenta como una niña con juguete nuevo.