Pekín, (EFE).- Antropólogos chinos hallaron en el yacimiento arqueológico del Hombre de Pekín, donde los expertos realizan excavaciones desde hace 72 años, dos dientes de animal y otros objetos que se cree fueron usados como adorno por ese célebre homínido hace medio millón de años, informó la prensa oficial.
Los dientes presentan incisiones artificiales, que pudieron ser hechas por el citado "Hombre de Pekín", destacaron los expertos.
Además se encontraron en el lugar más de un centenar de huesos de conejo, que también pudieron ser usados con fines decorativos o ceremoniales.
El yacimiento del Hombre de Pekín, considerado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, está en el término de Zhoukoudian, 48 kilómetros al sur de la capital china.
La información facilitada por la agencia oficial Xinhua apunta que posiblemente esos huesos y dientes ya fueron encontrados en 1933 por Pei Wenzhong, uno de los pioneros en el estudio del homínido, pero probablemente volvieron a quedar enterrados tras la guerra con Japón y el conflicto civil entre comunistas y nacionalistas.
El hallazgo en 1929 de restos de cráneo del hombre de Pekín ('Sinanthropus pekinensis'), un 'homo erectus' de mediana edad, 150 centímetros de altura y características fisiológicas similares a las de un hombre chino actual, fue clave para entender la evolución humana.
El yacimiento chino es el único del mundo con evidencias de presencia humana continuada entre los 500.000 y los 10.000 años antes de nuestra era, por lo que el Hombre de Pekín es conocido como uno de los "eslabones perdidos" que puede ayudar a resolver el misterio de la evolución humana.
El hombre de Pekín, quizá el primero que supo utilizar el fuego, se sitúa en el tiempo entre el hombre de Java, que vivió hace 1.3 millones de años, y el de Neandertal, de hace 120 mil años, mientras que el hombre moderno ('homo sapiens') surgió hace 100 mil.
Tres de los cinco fragmentos craneales hallados hasta la fecha se perdieron misteriosamente durante la guerra, en los años 30 y 40, y aún se desconoce su paradero (se sospecha que pudieron ser llevados a Japón por las tropas de ocupación).
Otros dos se hallaron en 1966 y nunca se habían exhibido en público hasta el año pasado, en que se mostró uno en el museo que hay junto al yacimiento.
El lugar donde están los tres fragmentos perdidos, que ha sido buscado por la CIA y el FBI, es uno de los grandes enigmas de la Paleontología, y existe una recompensa de 150 mil dólares para quien pueda aportar datos sobre su paradero.