México, (EFE).- Un monolito prehispánico, que data de hace unos 500 años y pertenece a la civilización mexica, fue descubierto por arqueólogos mexicanos en pleno centro de Ciudad de México, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El monolito, que habría sido trabajado por escultores mexicas entre 1480 y 1520, es más o menos redondo y pesa 600 kilos y es símbolo del cambio de nombre de aztecas a mexicas y de su nueva misión como pueblo conquistador.
La pieza de basalto representa una biznaga -cactus relacionado con los orígenes de la cultura mexica- que posiblemente sirvió como piedra de sacrificios humanos, explicó la fuente en un comunicado.
El monolito es considerado un ejemplar representativo de la Fase Imperial del arte de esa civilización debido a su iconografía y la maestría de su talla, aseguró el INAH.
Los arqueólogos ubicaron el monolito en la esquina de las calles República de Argentina y Justo Sierra, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
El arqueólogo y jefe de la investigación Leonardo López explicó en rueda de prensa que la escultura no se encontró en su posición original dentro del recinto sagrado de la capital mexica (Tenochtitlán), sino en un contexto temporalmente posterior.
Explicó que a finales de la época de la Colonia, la piedra fue reutilizada como elemento ornamental en la arista de una casona que ocupa la Librería Porrúa
Su rescate no fue tan fácil porque al ser detectada en octubre pasado, los arqueólogos se percataron de que la piedra estaba rodeada por numerosas redes de telefonía, fibra óptica, suministro eléctrico y de un semáforo.
Además, estaba empotrada bajo un monumento en el corazón del Centro Histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y en un sitio de denso comercio ambulante.
Respecto al simbolismo y la posible función del monolito, bautizado por sus descubridores como la Piedra de la Librería Porrúa, el investigador dijo que para los mexicas la biznaga era uno de los símbolos por excelencia de las tierras áridas y, por tanto, de sus orígenes norteños.
"Poco tiempo después de que este pueblo abandonó la mítica Aztlán (en el norte del México actual) y emprendió su largo recorrido hacia la tierra prometida, tuvo lugar un acontecimiento capital: ocho personajes llamados mimixcoah cayeron del cielo sobre biznagas y mezquites", contó el arqueólogo.
"De inmediato, los mexicas obedecieron la orden de su dios Huitzilopochtli de sacrificar a los mimixcoah, extrayéndoles el corazón sobre las plantas espinosas con el fin de nutrir el Sol", agregó.
"A continuación, el dios les dijo a sus protegidos que ya no se llamarían aztecas, sino mexitin o mexicas, y les otorgó los instrumentos para convertirse en un pueblo conquistador", explicó el especialista.