Santiago de Chile, (EFE).- Un tesoro de 800 toneladas de oro y joyas enterrado por piratas en el siglo XVIII, pudo haber sido encontrado por un radar en el archipiélago chileno Juan Fernández, cuyos habitantes están conmocionados.
Según explicó hoy Leopoldo González, alcalde de Juan Fernández, situado en el Océano Pacífico, 700 kilómetros al oeste de Valparaíso, el tesoro tiene un valor estimado en diez mil millones de dólares.
"Son 800 toneladas y son diez mil millones de dólares, según los datos de archivo que se manejan", dijo el alcalde, quien llamó a la calma a los lugareños del archipiélago, conocido también como Robinson Crusoe, en memoria del personaje de la novela de Daniel Defoe sobre el naufragio y aventuras del marinero Alejandro Selkirk.
"El lugar exacto todavía no lo han informado, sólo han dado a conocer el sector, por lo tanto es prematuro empezar a soñar", dijo el edil quien recordó frustradas expediciones anteriores.
El hallazgo fue realizado por un grupo de profesionales de la empresa chilena Wagner Tecnologías, que creó un moderno radar tipo robot, que detecta desde metales hasta petróleo.
Hace unos meses, ese radar detectó un arsenal de armas escondido bajo tierra en Colonia Dignidad, un misterioso enclave alemán en el sur de Chile.
Según el abogado de la empresa, Rodrigo Irarrázaval, el oro del tesoro "era de los Incas" y fue escondido en tres lugares de la isla, primero por españoles y luego por corsarios ingleses.
La empresa, según explicó el alcalde González, empezará los trabajos de excavación a comienzos de octubre, una vez que consiga los permisos de las autoridades.
Las especulaciones de los lugareños han señalado que el tesoro se encuentra en un sector del Cerro Tres Puntas y repartido en tres cuevas, a las que sólo se llega por mar.
El archipiélago de Juan Fernández, que fue declarado Parque Nacional en 1935 y reserva mundial de la biósfera en 1977, es administrado por la Corporación Nacional Forestal (Conaf).
"Si el tesoro se llegara a encontrar, el 50 por ciento es para el Estado", advirtió el alcalde, quien agregó que de resultar cierto su descubrimiento, representaría un gran avance para el desarrollo turístico y de infraestructura de la localidad insular.
La hasta ahora leyenda del tesoro en la isla Robinson Crusoe, que fue refugio de piratas y corsarios, ha atraído a muchos expedicionarios que han excavado infructuosamente en distintos lugares.
El más tenaz ha sido el estadounidense Bernard Keiser, un historiador que desde 1998 ha invertido en vano casi un millón de dólares en sucesivas excavaciones.
El robot opera a través de antenas que detectan agua, petróleo o metales a una distancia promedio de 50 metros de profundidad según explicó su inventor, el ingeniero Manuel Salinas.
