Pekín, (EFE).- Arqueólogos chinos desenterraron 163 tumbas de 4,000 años de antigüedad, algunas de ellas con momias en su interior, en la zona desértica de Lop Nur, ubicada en la región autónoma de Xinjiang (noroeste), informa la prensa estatal.
"Más de 30 féretros contienen momias", aseguró Idelisi Abuduresule, jefe del equipo de excavación del yacimiento, conocido como "Tumbas de Xiaohe".
Según los especialistas, el complejo funerario podría albergar 330 tumbas en total dispuestas en varias capas a lo largo de un área de dunas de dos mil 500 metros cuadrados.
El hallazgo fue posible gracias al diario del explorador sueco Folker Bergman, que en 1934 recorrió un río al sur de la región de Lop Nur y descubrió, según relató a su regreso, una duna con más de mil ataúdes de hace 40 siglos a la que dio el nombre de Tumbas de Xiaohe (pequeño río).
Sin embargo, la corriente se secó posteriormente y las tumbas quedaron en el olvido durante décadas, hasta que a finales de 1990 sociólogos chinos tradujeron el diario de Bergman y reanudaron la exploración en 2003 siguiendo sus pasos.
Las Tumbas de Xiaohe podrían ser además el lugar de enterramiento del misterioso reino de Loulan, desaparecido hace 15 siglos sin dejar ningún registro histórico hasta que Bergman volvió a hablar de él, recordó el diario "China Daily".
"La mayoría de los vestigios encontrados están en el estado original en que fueron enterrados, lo que ayudará a revelar abundante información sobre la sociedad y la vida de la época", manifestó Abuduresule.
Además de los objetos funerarios, el grupo de especialistas del Instituto de Arqueología y Reliquias Culturales de Xinjiang descubrió figuras de madera envueltas en cuero en los ataúdes donde no había momias.
El Gobierno chino anunció este mes un fondo especial de 250 millones de yuanes (unos 30 millones de dólares) para proteger decenas de importantes ruinas en palacios, oasis y ciudades a lo largo de la antigua Ruta de la Seda, que atraviesa Xinjiang.
Muchas tumbas antiguas, incluida la de Xiaohe, han sido presa de robos y profanaciones por parte de ladrones que sustraen valiosas reliquias históricas para venderlas en el mercado internacional, por lo que Beijing les ha dado prioridad en su política de conservación del patrimonio nacional.