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MÉXICO, DF.- Septiembre 19 de 1985. Igual que en el cuento El Día del Derrumbe de Juan Rulfo, ese día por la mañana en la Ciudad de México ?las casas se derrumbaron como si estuvieran echas de melcocha. Y la gente salía de los escombros toda aterrorizada corriendo derecho a la iglesia, dando de gritos?.
A 20 años de aquel devastador terremoto que cimbró a la sociedad mexicana, la productora Genoveva Martínez filmará una miniserie que retratará el afán solidario de la gente surgido entre los escombros de los edificios.
La miniserie constará de diez capítulos que narran cinco historias ficticias basadas en una investigación histórica de lo ocurrido durante y después del terremoto del 19 de septiembre de 1985. Los programas se transmitirán por TV Azteca del 19 al 30 de septiembre a las siete de la noche.
Genoveva explicó en entrevista: ?Es la historia de cinco familias de diferentes estratos sociales. Una vive en Tlatelolco, otra en Polanco, en la Roma y en algunas otras colonias de la Ciudad de México. A partir del terremoto, la vida de estas cinco familias se entrelazarán, mostrando el espíritu que privó aquellos días.
?Es importante recordarlo porque demuestra que la sociedad mexicana puede actuar de manera organizada cuando tiene propósitos claros y comunes?, explicó la productora.
Y para recrear la tragedia Martínez ha convocado a José Alonso, Héctor Bonilla, José Carlos Rodríguez, Gabriela Canudas y Fabián Torres, entre otros. ?Es importante recalcar que se trata de una ficción pero que está basada en una investigación muy seria?.
En ese sentido, Martínez no descarta la denuncia social, ya que el terremoto demostró la eficacia de la sociedad pero también la incapacidad y corrupción del Gobierno mexicano: ?No es un programa basado en la denuncia social, pero los hechos ahí están: la sociedad superó con mucho a su Gobierno, el cual nunca fue capaz de responder a la tragedia?.
Para Martínez, la importancia de la miniserie es recordar a quienes perdieron la vida, reconocer a los héroes anónimos y contar sus historias.
O como dice Juan Rulfo en el prólogo de El Llano en Llamas: ?Somos un pueblo acostumbrado a soportar los peores desastres, a vivir, como quien dice, entre ruinas. No debemos, pues, lamentarnos de nuestras miserias. Lo hacemos sólo por el gusto de quejarnos de todo siempre. Y siempre hemos buscado a un amigo sólo para contarle nuestras dolencias?.