Hace unos días me llamó Humberto Hernández Haddad y dijo: -Ya que piensas que la universidad de Harvard le ha hecho más daño a México que todas las invasiones gringas juntas, a ver qué te parece esto. Y me envió su escrito intitulado “Harvard viene a México”, universidad por la que pasó este brillante jurista y diplomático. Me temo que se ha convencido de que no soy tan exagerada como me reprochaba. Hoy los mexicanos podemos percatarnos de que tenía razón aquel secretario del Tesoro de los veinte, Richard Lansing, célebre porque sugería a sus compatriotas que para apoderarse de México lo que se tenía que hacer era “educar a sus futuros gobernantes en las universidades de USA y ellos harían todo el trabajo sin que se tuviera que disparar una sola bala”.
Para muestra de su acierto bastan dos botones: Salinas que estudió en Harvard, Zedillo en Yale y Fox en la que llama “la universidad Coca Cola”. Hoy, que nos visita el presidente de la Universidad de Harvard, Lawrence Summers y ofrece una conferencia en un hotel de Polanco en el DF, flanqueado por los salinistas agentes neoliberales Ángel Gurría y Andrés Rozenthal Gutman (que no son egresados de esa universidad), HHH dice: “Lawrence Summers es un economista y ex secretario del Tesoro de Estados Unidos que nunca debió llegar a ese cargo que simboliza un compromiso elevado con las ciencias y las humanidades...
Ante un estupefacto Comité de Finanzas del Senado en Washington, hace algunos años Summers declaró: “Incluso si fuera necesario sobornar a sus líderes para que dolaricen las economías latinoamericanas, debemos hacerlo”.
Summers se hizo notar en días recientes por sus declaraciones con las que trató de teorizar un disparate, afirmando que debido a la falta de aptitudes innatas las mujeres no alcanzan a destacar en el campo de las ciencias y la ingeniería...
Apenas pasado el Día Internacional de la Mujer, en el que por cierto recibí el valiosísimo reconocimiento anual de la Orquesta Filarmónica de Acapulco, que agradezco públicamente, le dejaremos a personas como Madame Curie la respuesta, así como a las mujeres que actualmente se dedican a la ciencia en Harvard, a ver si están de acuerdo en seguir pagando una universidad tan cara que tiene un presidente tan barato... y machista.
Por otra parte, ahora Harvard ha perdido totalmente el rumbo universitario: se declara al servicio del Hitler que gobierna su país e impone su locura al planeta, ilegítimamente en su primer periodo y en éste gracias al irresponsable voto de millones de robots a los que les lavó el cerebro con jabón de terror.
Rubén Cortés (de Milenio) encontró un inaudito estudio “universitario”que recomienda la creación de un marco legal que permita al presidente de Estados Unidos aplicar tortura cruel, inhumana y trato degradante, así como practicar asesinatos y detenciones para proteger a los habitantes de la democrática potencia por desgracia hoy unipolar, mientras Europa y/o China se ajustan mejor las pilas.
Titulado: “Proyecto de Estrategia Legal a Largo Plazo Para Preservar la Seguridad y la Libertad Democrática”, dicho estudio fue financiado por el departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, según el texto que apareció en el sitio cibernético oficial de Harvard: http://bcsia.ksg.harvard.edu/BCSIAcontent/documents/LTLS_ final report..pdf realizado por los profesores Heymann (facultad de Derecho de Harvard) y Juliette Kayyen (Escuela de Gobierno JFK de la misma universidad) quienes consideran que el presidente de su país debería estar autorizado a desobedecer la Constitución, la Convención de Ginebra y el Tratado Internacional de Derechos Civiles.
El presidente sólo tendría que obtener la aprobación de los diferentes comités del Congreso y del Fiscal General de Estados Unidos.
Los “estudiosos”, que recomiendan a los presidentes gringos la violación a todas las leyes nacionales e internacionales, agregan a sus propuestas de tortura y asesinatos “justificados”, la necesidad legal de vigilar reuniones religiosas y civiles, de intervenir llamadas telefónicas y de utilizar información biométrica.
Los “profesores” explican: “estamos preocupados por un sistema de leyes que gobernará Estados Unidos no simplemente hoy, sino en el curso de una amenaza que probablemente está presente y para generaciones por venir. Las recomendaciones en este informe procuran proporcionar una dirección en este sentido”.
Después de los ataques a la Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001 los puntos que Estados Unidos debe revisar hacia el combate al terrorismo son: -Interrogatorios coactivos. -Detenciones de sospechosos y enemigos terroristas. -Trato a terroristas sospechosos en comisiones militares. -Asesinar a objetivos enemigos. -Interceptar comunicaciones. -Recolección de información. -Identificación de individuos y recolección de información para archivos federales. -Vigilar reuniones de ciudadanos, religiosas y políticas. -Identificación de individuos según su filiación ideológica. -No descuidar las medidas tomadas en la “Guerra contra el Terroismo”.
Se aclara que en caso de “amenaza inmediata a vidas estadounidenses”, “...permititiríamos al presidente autorizar personalmente una excepción a las obligaciones contraídas conforme a la Convención de Ginebra Contra la Tortura y la Constitución de Estados Unidos para usar la tortura cruel, inhumana o el tratamiento degradante, si el Congreso lo aprueba.
El estudio recomienda además la implantación de poderes extraordinarios para el presidente entendiendo que “la lucha contra el terrorismo requiere relegar los derechos individuales a las discreción del Poder Ejecutivo”.
¡La felicidad total para Bush y el papá de Hitler, Dick Cheney! ¿Para qué trabajan los “profesores” de Harvard? Con aplicar las leyes nazis o soviéticas ya estaba. Y además Bush ya ha torturado, degradado y matado sin permiso. Adora todo eso.
Allá en Guantánamo informan. Destrozó Afganistán sin encontrar a su amigo y socio Bin Laden y con la peor saña pulverizó a Irak y lo saqueó. ¿Y qué no mantiene él una amenaza perpetua sobra las vidas de los jóvenes de su país?
¿Cuántos soldados han muerto por su locura? En vez de estudiar cómo justificar el asesinato y la tortura “cruel”, máxima afición de su presidente, Harvard debería detenerlo e investigar realmente quien tiró las Torres Gemelas para poder aplicar la actual monstruosa política “antiterrorista” y dedicarse impunemente a robar al mundo.
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