Nueva Delhi, (EFE).- La Policía india investiga la muerte de una mujer quemada en la pira funeraria del marido, rito tradicional en la India, denominado "sati", que está prohibido por ley.
Ram Kumari, de 70 años de edad, falleció el pasado 7 de mayo en la pira funeraria donde ardía el cadáver de su esposo, en la localidad de Bahundari, del distrito norteño de Uttar Pradesh.
La Policía regional inició la investigación después de que el lugar donde se había desarrollado el rito se convirtiera en un punto de peregrinación, donde cientos de personas acudieron en las últimas semanas para depositar flores, velas, incienso y cocos, elementos utilizados frecuentemente en las celebraciones religiosas hindúes.
El superintendente de la Policía, Zaki Ahmed, afirmó a los periodistas que el incidente se está investigando para averiguar si la mujer se suicidó voluntariamente o si fue empujada o forzada a lanzarse al fuego, y agregó que se tomarían medidas contra las personas que acudan al lugar a celebrar ritos religiosos.
Según las primeras averiguaciones, Kumari se lanzó al fuego delante de todos los presentes, que no hicieron nada por evitarlo.
Al parecer, el hijo de Kumari acudió a la comisaría de Policía más cercana a denunciar el suceso, pero fue expulsado de allí y amenazado si volvía a hablar del asunto.
La tradición del "sati" o inmolación de las viudas fue prohibida en la India durante la ocupación británica en 1829, aunque posteriormente otras tres leyes tuvieron que ser aprobadas en el país (en 1956, 1981 y 1987) cuando las autoridades comprobaron que empezaba a resurgir.
La Ley para la Prevención del Sati, de 1987, establece incluso la pena de muerte para aquellas personas que directa o indirectamente fomenten la comisión de éste acto.
Adorar el lugar donde se ha cometido el "sati", celebrar allí ritos, empujar a las viudas a cometerlo o festejar el suceso son considerados actos ilegales.
Según las organizaciones de defensa de las mujeres, la idea que justifica el "sati" es que las mujeres no tienen ningún valor si no es en relación con los hombres, por lo que la continuidad de esta práctica demuestra la gran discriminación y falta de estatus de la mujer en la India.
