EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Historias del absurdo/El ofensivo derroche

Luis Guillermo Hernández Aranda

¿Qué podría usted hacer con 651 millones 428 mil 441.67 pesos? Sin duda muchas cosas, los problemas serían cosa del pasado y habría que dedicarse exclusivamente a gozar la vida.

La mayoría de los mexicanos nunca veremos junto tanto dinero, pero paradójicamente es parte del costo que tendremos que pagar por acceder a la democracia en el año 2006, ya que por unanimidad el Instituto Federal Electoral (IFE) autorizó que los aspirantes a la Presidencia de la República gasten 651 millones de pesos como tope de campaña. Sin duda la cantidad es una ofensa para la mayoría de los mexicanos, sobre todo para aquellos que viven en la pobreza extrema.

Hoy que miles de compatriotas en el sureste perdieron todo a causa de los huracanes Stan y Wilma, la cifra autorizada por el IFE carece de justificación. Sobre todo cuando se ha comprobado que la lucha de la mayoría de los políticos se sustenta en la ambición del poder por el poder, olvidando el compromiso con los ciudadanos.

Ejemplos sobre el derroche de los recursos hay muchos. Ahí está Arturo Montiel, quien ni siquiera permanece en la contienda rumbo a 2006, sin embargo es el político que más ha gastado en publicidad. Al ex gobernador del Estado de México le sigue Bernardo de la Garza, del Partido Verde Ecologista de México, quien a través de una feroz campaña de televisión ha logrado posicionar su imagen con el único objetivo de buscar una alianza con el PRI o el PAN y vender así “caro su amor” a los partidos hegemónicos. En este recuento de daños no podemos olvidar a Santiago Creel.

La cartera abierta fue la principal característica de ambos políticos y sin embargo, ninguno de los tres aparecerá en la boleta de 2006.

La suma global de los recursos autorizados por el IFE da un total de dos mil 133 millones de pesos para financiar, con fondos públicos, las campañas políticas para los comicios del año entrante. Desglosada por partidos, esa cifra se traduce en 632.7 millones para el Revolucionario Institucional (PRI), 573.3 millones para Acción Nacional (PAN), 372 millones para el Partido de la Revolución Democrática (PRD), 196.7 millones para el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), 139.3 millones para Convergencia, otro tanto para el Partido del Trabajo (PT), 41 millones para Nueva Alianza y una suma igual para Alternativa Socialdemócrata y Campesina.

A estos recursos habrá que sumarles los apoyos privados que logre allegarse cada uno de los aspirantes. Y es en este reglón donde no existen los mecanismos adecuados para vigilar el origen de las aportaciones, basta recordar los escándalos aún recientes de los Amigos de Fox o el llamado Pemexgate.

Por si fuera poco las lagunas legales permiten y hasta alientan el negocio particular o familiar de la creación de partidos políticos que operan con la lógica de las franquicias, ejemplo de esto es el hoy extinto Partido de la Sociedad Nacionalista, de la familia Rioja, quienes no dejaron rastro de los cientos de millones de pesos que recibieron como prerrogativas.

En este escenario es urgente hacer un llamado a la ética de los políticos, para que más allá de declaraciones, en realidad rechacen este dispendio de recursos y apuesten mejor al debate de las ideas sobre las caras felices de los spots televisivos.

lharanda@elsiglodetorreon.com.mx

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 184296

elsiglo.mx