En México decenas de millones de personas viven en la miseria. Según el Comité Técnico para la Medición de la Pobreza el 18.6 por ciento de los hogares del país, no cuenta con dinero suficiente para cubrir sus necesidades de alimentación.
Son miles los obreros que diariamente salen a trabajar para obtener un ingreso promedio de 46 pesos diarios. Para ellos resulta por demás insultante que el Comité Ejecutivo Nacional del PAN, autorizara 350 millones de pesos como el tope de los gastos de precampaña para la Presidencia de la República.
En la actualidad los políticos cada vez están más alejados de la población, sus propuestas sólo obedecen a sus intereses particulares y partidistas.
¿Imagina usted lo que podrían hacer las miles de familias que viven en el país con menos del salario mínimo, con el dinero que el PAN gastará para posicionar a sus candidatos?
Pero esta falta de sensibilidad no es privativa del partido albiazul, el PRI se ha caracterizado en su historia por el derroche de recursos para mantenerse en el poder.
Ahora mismo en Coahuila somos espectadores de lo que se gastan los políticos con tal de llegar a la gubernatura.
Algunos de los aspirantes del PRI para suceder a Enrique Martínez, no se tocan el corazón al momento de abrir la chequera con el objetivo de llevar su imagen a todos lados.
Así Humberto Moreira, alcalde de Saltillo, llena al estado de espectaculares con el pretexto de promocionar la Casa Purcell dedicada a la cultura. Por si fuera poco desde hace varios meses su imagen aparece en la televisión hablando de los logros de su gestión. En este contexto nuevamente la Procuraduría del Estado, reactivó una denuncia penal en contra del alcalde, Humberto Moreira, e investiga las cuentas públicas del Ayuntamiento de Saltillo en el Congreso, para acreditar los presuntos delitos de peculado, ejercicio indebido y evitar la afectación a entidad pública.
Según su página de Internet, Raúl Sifuentes ha gastado aproximadamente 1.9 millones de pesos en promover su imagen. Sin duda su cruzada lo ha llevado a ser ahora más conocido que cuando ocupaba el cargo de secretario de Gobierno.
Este derroche ha provocado que los empresarios eleven una enérgica protesta y en este contexto, el gobernador, Enrique Martínez, declara que no debemos alarmarnos porque la efervescencia política es parte de la democracia.
A los mexicanos, alejados del jet set, nos ha costado mucho dinero “vivir en democracia”. La fiesta se caracteriza por el derroche de recursos y las propuestas para solucionar problemas medulares, nadie las conoce.
Es necesario poner un alto. Nadie desea que en Coahuila se repita la historia del Estado de México, donde el candidato del PRI a la gubernatura, Jorge Nieto, por mucho ya rebasó los topes de campaña y él se ufana de ser conocido en todos lados.
Urge rescatar el ejercicio de la política de los intereses mercantilistas para privilegiar el debate de las ideas sobre el culto al ego, porque después de todo las caras sonrientes no son la solución para sacar a México de la pobreza, ni tampoco para generar el desarrollo en Coahuila.
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