La cita fue a las nueve de la mañana. La curiosidad era mucha por parte de los representantes de los medios de comunicación. Finalmente una llamada telefónica y José Ángel Pérez, alcalde electo de Torreón, llega acompañado de los nuevos funcionarios municipales al Casino Los Ángeles. Posando para las cámaras, el presidente electo fue presentando uno a uno a sus nuevos colaboradores.
Los nombres fueron difíciles de escuchar, ya que los organizadores del evento olvidaron colocar un micrófono. En medio del ruido la sorpresa: no hay nuestros demasiados conocidos. José Ángel Pérez apuesta por un nuevo perfil de funcionario municipal.
En algunos puestos estratégicos como Fomento Económico se nombró a Julián de Jesús Jaime Gómez y en Desarrollo Urbano, a Alberto Guillermo Hermosillo Morales. Ninguno tiene experiencia en el servicio público, pero ambos se dicen comprometidos con su nueva labor. Así pues, el nuevo alcalde deja a un lado los “cartuchos quemados” y va por los profesionistas egresados de instituciones como el Tecnológico de Monterrey y que hablan cien por ciento inglés.
Pareciera en el papel que José Ángel se quiere rodear de gente profesional que no ha vivido siempre a costillas de la sagrada nómina.
A pesar de los elogios que funcionan como carta de presentación, José Ángel Pérez da la nota cuando dice de manera contundente que no le temblará la mano para despedir a aquel colaborador que no cumpla con su labor. Y es que el reto que enfrenta el panista no es fácil. Su antecesor, Guillermo Anaya, deja una estela de desilusión.
Mientras en los dos primeros años Anaya logró la ampliación de vialidades y parecía marchar con paso firme, al final de su gestión dedicó la mayor parte de sus energías a promover su candidatura a la senaduría y a responder a las acusaciones de beneficiarse con un fiat notarial.
Como diputado José Ángel Pérez, se pronunció de manera enérgica contra la corrupción, contra las compensaciones de regidores, así como contra las anomalías del DVR. Ahora como alcalde, el panista está obligado a ser congruente con sus declaraciones y promesas de campaña.
Cada día que pasa la sociedad es más demandante, en ese contexto José Ángel Pérez no dudó en firmar El Manifiesto Lagunero promovido por El Siglo de Torreón, donde el alcalde electo se comprometía a crear fuentes de empleos y generar el progreso en Torreón.
A partir del primero de enero el panista pasará a la historia por ser el primer alcalde de cuatro años que tiene la ciudad, las promesas y la retórica son cosas del pasado, ahora sólo queda trabajar de manera honesta y comprometida por el bien de Torreón.
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