LAGUNA DE RELATOS
LUCHA JESÚS POR AYUDAR A ?SU MUCHACHO? CON LOS ESTUDIOS
EL SIGLO DE TORREÓN
El señor Ceballos González ha sobrevivido a la muerte de su primogénito y a un balazo en la cabeza.
MATAMOROS, COAH.- La vida se ha ensañado con Jesús Ceballos González. Cuando joven, recibió un balazo en la cabeza que lo condenó a sufrir una hemiplejía permanente. Hace apenas unos días, cumplió un mes de muerto su hijo mayor, quien fue sometido a diálisis durante cinco años. Con sacrificios ha dado estudio al único que le queda.
Con el rostro cetrino, marcado por el profundo sufrimiento de haber perdido un hijo recientemente, Jesús, o Chuy, como le llaman sus conocidos, platica lo cruel que ha sido la vida con él.
Con 58 años a cuestas, pero denotando mucha más edad por todo el dolor del que ha sido víctima, Chuy cuenta: ?mi hijo José Ceballos Álvarez nació con un meningocele (defecto congénito que se caracteriza por la falta de cierre del tubo neural que da lugar al sistema nervioso central) y durante toda la vida lo batallamos mi viejita y yo. No me quejo, era mi hijo y tenía que hacerlo?, dice con los ojos llenos de lágrimas.
?Durante toda su vida fue dependiente, no pudo desarrollarse de manera normal, tampoco pudo estudiar y mucho menos trabajar, por lo que tuvimos que enfrentar los gastos que todo esto implicaba hasta que a los 25 años de edad, mi José comenzó a tener problemas con los riñones?, recordó.
Por mucho tiempo lo trajeron con sonda y esto duró bastantes años, pero entonces, de un día para otro, tuvo problemas para orinar y comenzó a hincharse de todo el cuerpo. ?Nosotros nos asustamos mucho y por eso fuimos con el doctor, quien tras hacerle unos estudios, nos dijo que teníamos que comenzar a dializarlo?.
La mala suerte se presentó de nueva cuenta cuando, sin deberla ni temerla, recibió un balazo en la cabeza, motivo por el cual fue intervenido quirúrgicamente, pero el daño fue tal que parte de su cuerpo quedó paralizado.
Entonces, ya no tuvo la movilidad requerida para trabajar, ?tengo cinco años que no muevo un azadón ni una pala. Ya nadie me quiere porque estoy enfermo?, dice con tristeza.
Por un momento se queda callado, tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicar su sentimiento, luego, tras un profundo suspiro, dice que ?la diálisis no es vida, nomás una esperanza que nos hace creer que nuestro enfermo va a estar bien pero después empeora?.
Sus ojos enfocan a lo lejos un punto que él sólo puede ver para después decir que fueron cinco largos años que su hijo permaneció con diálisis. ?Sufrió mucho. Él no decía nada, pero se le notaba en su cara?, expresó Jesús Ceballos González.
Una solitaria lágrima rodó por su mejilla izquierda al recordar que apenas el pasado 20 de agosto, cumplió un mes de fallecido.
Pese a todas las vicisitudes por las que ha pasado a lo largo de su vida, para Jesús Ceballos González, aún existe la esperanza: Manuel, su hijo menor.
Con muchos sacrificios, Manuel, de 18 años de edad, recién terminó la secundaria y para continuar sus estudios, ya está trabajando en una empresa en la que gana poco, y es por ello que Chuy acudió a las autoridades municipales para solicitar una beca.
?Tengo una pensión de campesino que me da el Gobierno. Son mil 500 pesos. A mi hijo le pagan 570 por semana y nos da 300 para comprar qué comer. Sus amigos le dicen que ya se salga de ahí porque pagan muy poco. Yo le digo que siga estudiando para que sea alguien en la vida?, refiere Chuy.
?Tengo una ?tartanita? en la casa de cuando trabajaba, voy a tratar de conseguir mil pesos para comprar un burrito y comenzar a vender leñita que es como puedo ganar un peso más?, dijo esperanzado.
