Washington, (EFE).- La llegada de los primeros pobladores a Australia, hace unos 50 mil años, causó la destrucción parcial del ecosistema y llevó a la extinción de muchos de los grandes mamíferos terrestres en esa isla continente.
Un estudio que publica la revista "Science" señala que científicos estadounidenses y australianos concluyeron que la prueba está en el cambio de dieta que tuvieron que adoptar dos pájaros que poblaban Australia hace miles de años.
Según Gifford Miller, del Instituto de Investigaciones Articas y Alpinas de la Universidad de Colorado, en el período entre 140 mil y 50 mil años no hubo cambios drásticos del clima y la alteración del ambiente vegetal ocurrió como resultado de la quema sistemática de los bosques.
En esas circunstancias, los depredadores que comían lo que podían se adaptaron, y los que sobrevivían a través de un solo tipo de alimento se extinguieron, manifestó.
Los cambios quedaron registrados en los fósiles de las cáscaras de huevos y los dientes de los emús y de los "genyornis", aves parecidas al avestruz.
Los análisis de esos fósiles demostraron que la flora del ecosistema cambió de manera rápida y profunda después de la llegada del hombre.
Según los científicos, antes de la invasión humana los emús preferían los pastos característicos de los climas templados y los veranos lluviosos.
Pero los fósiles muestran que, después, cambiaron a una dieta integrada en su mayor parte por arbustos y hojas de árboles característicos de condiciones más áridas.
"La explicación más plausible es que estos pájaros respondían a un cambio sin precedentes de la vegetación en el continente durante ese período", indicó Miller.
De acuerdo con los científicos, el período estudiado incluyó cambios muy profundos del clima, pero éstos no influyeron en la dieta de los animales o en el ecosistema.
Esa situación se mantuvo hasta registrarse una transición abrupta que coincidió con la llegada del hombre.
"Los seres humanos son los principales sospechosos", indicó Marilyn Fogel, de la Institución Carnegie de EU, quien también participó en la investigación junto con científicos de la Universidad Nacional de Australia.
Fogel señaló que no se cree que la caza excesiva y las nuevas enfermedades traídas por el hombre hayan sido la causa directa de las extinciones.
Lo que ocurrió, indicó, es que los hombres causaron incendios en gran escala ya sea con objetivos de caza, para despejar algunas zonas o para marcar su terreno ante la llegada de otros grupos.
"Con base a estas pruebas, el cambio inducido por el ser humano en la vegetación es la mejor forma de explicar lo que ocurrió en ese momento crucial", dijo.