El cardenal Norberto Rivera revivirá misa en el Cereso y el recorrido que hizo Juan Pablo II
La grey católica duranguense recuerda hoy, a quince años de distancia, la visita que hiciera a la ciudad de Durango el difunto papa Juan Pablo II.
Para la celebración de los 15 años de la visita que hizo Juan Pablo II a Durango el 9 y 10 de mayo de 1990, la Arquidiócesis local preparó una serie de eventos similares a los que encabezó el Papa polaco en tierra duranguense.
Como especie de representante de quien fue Vicario de Cristo en la tierra por poco más de 26 años (Juan Pablo II), estará al frente de los eventos el cardenal de origen duranguense, Norberto Rivera Carrera.
Según informes del Arzobispado de Durango, Rivera Carrera se encuentra en el estado de Durango desde ayer, domingo; sin embargo, pasó las primeras horas de su estancia en esta tierra en su lugar de origen, La Purísima, en el municipio de Tepehuanes.
Durante su visita a Durango en 1990, Juan Pablo II ofició la Santa Misa en el interior del Centro de Readaptación Social No. 1 de Durango; luego, encabezó una celebración masiva de la Eucaristía para la sanación de enfermos en la explanada de lo que es hoy Soriana Jardines; y posteriormente tuvo un encuentro con empresarios de la región en el Teatro Ricardo Castro de la capital duranguense.
En ese tenor, el vocero de la Arquidiócesis local, el padre Víctor Manuel Solís Quiroga, indicó que el cardenal Norberto Rivera habrá de rememorar la Misa con los internos del Cereso aproximadamente a las 10:00 horas de hoy, luego de ofrecer una rueda de prensa a los medios de comunicación en los accesos a la penitenciaría estatal.
Dijo que adicionalmente al recuerdo de los actos que presidió Su Santidad Juan Pablo II hace 15 años, se unirá el festejo de los 300 años de la fundación del Seminario Conciliar de Durango.
Indicó que el propio Rivera Carrera, arzobispo primado de México, encabezaría una Misa en el interior del Seminario, donde se empataría el festejo del tricentenario de su fundación con el recuerdo de la ordenación de 100 sacerdotes que también encabezó Juan Pablo II en su visita a Durango.
Sobre la realización de una conferencia con empresarios de la entidad, se sabe que podría repetirse el evento en el Teatro Ricardo Castro.
RECUERDOS
El 2 de agosto de 1989, siendo arzobispo de Durango Antonio López Aviña, se dio a conocer de manera oficial que dentro de la visita que haría Juan Pablo II a México estaba contemplado que estuviera dos días en Durango el Sumo Pontífice.
Días después, López Aviña nombró a una comisión organizadora en la que se integraron sacerdotes con miembros de órdenes religiosas y seglares. Como coordinador general designó al empresario Alfonso Fernández de Castro Casas, con la responsabilidad expresa de revisar el desarrollo de la actividad de cada comisión.
En la comisión de aeropuerto se nombró a Félix Cháidez Saucedo, actual delegado de Sedesol, con el objetivo de disponer en todo lo concerniente a la llegada del Santo Padre, así como el orden de los grupos que le darían la bienvenida en el interior del lugar.
Según el documento Memoria, escrito en julio de 1990 con un recuento y fotografías de la visita papal ocurrida dos meses antes, al presbítero Jorge Blanco Rodríguez le correspondió la comisión de disponer en el Cereso No. 1 lo concerniente al orden y al local, pues ahí el Papa dirigió un mensaje a los privados de su libertad.
Por su parte, el propio Alfonso Fernández de Castro se encargó de la comisión que organizaría el encuentro del Papa con tres mil empresarios en el Teatro Ricardo Castro de la ciudad de Durango.
Juan Pablo II también estuvo en la Catedral Basílica Menor de Durango, donde los encargados de organizar el momento de oración que encabezó el Papa con dos mil religiosos y sacerdotes fueron los presbíteros Alberto Villalobos Salas y Javier Almeida Chi.
Mientras, la comisión de la Misa en la explanada de Soriana Jardines fue encargada al lasallista Enrique Vargas, asistido por el padre Jesús Luévanos Becerra.
Según una cronología publicada en el libro Memoria, escrito por el entonces arzobispo Antonio López Aviña, tras el arribo de Juan Pablo II al aeropuerto de Durango, visitó de inmediato el Cereso No. 1; luego, un encuentro con empresarios en el Teatro Ricardo Castro; enseguida se trasladó a pie hasta Catedral.
Luego una comida en el Arzobispado, y el traslado a la explanada de la Soriana fue enseguida, donde oficiaría Misa; durmió en la casa del Arzobispado y al día siguiente se dirigió al aeropuerto para su despedida.
SU LLEGADA
A las ocho de la mañana del 9 de mayo ?día en que lo esperaban ya los duranguenses-, Juan Pablo II salió a las puertas de la Delegación Apostólica en la Ciudad de México.
A través de un micrófono portátil dijo a la muchedumbre que aguardaba para verlo: ?el Papa no va a estar esta noche, ni mañana, porque se va a pasear... a Durango?- para que no se desvelen ni canten muy temprano... Tienen un día de vacaciones?, les dijo el Papa a los fieles antes de partir a Durango, según narra el Arzobispo en el libro Memoria.
Juan Pablo II arribó a suelo duranguense a las 10:40 del día 9 de mayo de 1990, hace 15 años.
Las siguientes 24 horas transcurrieron en encuentros, misas y eventos que fueron organizados por la Arquidiócesis local para festejar la primera visita de un papa a Durango.