CIUDAD DEL VATICANO (AP) .- Cambiando una tradición de siglos, y por un pedido del difunto papa Juan Pablo II, el repicar de las campanas de la Santa Sede se sumará al tradicional humo blanco para anunciar al mundo la elección de un nuevo pontífice, dijo el Vaticano.
Antes de morir Juan Pablo también expresó su deseo de "ser enterrado", dijo el arzobispo Piero Marini.
Será colocado en el ataúd con un velo de seda blanca sobre la cara, un rosario en las manos, con vestimenta litúrgica y mitra blanca. Tendrá tres ataúdes, de madera, cinc y madera, un dispositivo para demorar la descomposición del cuerpo, dijo el Vaticano.
Una bolsa con las medallas conmemorativas emitidas durante los 26 años de pontificado y un documento sellado con una breve descripción en latín de la vida de Juan Pablo serán enterrados con él cerca de la tumba que se cree es la de San Pedro, el primer papa.
Marini, director de celebraciones litúrgicas, dijo que el sonido de las campanas se había agregado para evitar confusión acerca del color del humo que sale de la chimenea de la capilla Sixtina.
El humo negro indica que el Colegio Cardenalicio no ha llegado a una decisión, mientras que el humo blanco indica que se ha elegido un nuevo Pontífice.
Las boletas destinadas a la elección papal se queman en la chimenea de la capilla, junto con una sustancia química especial destinada a dar color negro o blanco al humo.
Marini habló tras celebrar una rueda de prensa acerca de los planes para las exequias y el sepelio de Juan Pablo II, así como de las normas que rigen el cónclave que deberá elegir a su sucesor.
"Esta vez planeamos un repique de campanas para recalcar que se ha elegido a un papa", dijo el arzobispo, recordando la confusión que ha habido en elecciones previas en torno al color del humo.
"Esta vez incluso los periodistas podrán saber" que hay un nuevo Pontífice, agregó.
El médico personal de Juan Pablo dijo al diario La Repubblica que el papa "falleció lentamente, con dolor y sufrimiento que soportó con gran dignidad humana".
El doctor Renato Buzzonetti dijo que "el Santo Padre no pudo decir una palabra antes de morir.
Marini descartó los rumores de que se colocaría tierra polaca en el ataúd.
"Todos tienen deseos. Es imposible cumplirlos todos".
