LONDRES, (Reuters).-Los anglicanos escoceses amenazaron con profundizar las divisiones que enfrenta la iglesia en todo el mundo por el tema de la homosexualidad, al declarar que no se debería impedir la ordenación de gays como sacerdotes.
Dando otro golpe a la unidad de una comunión en crisis, los obispos episcopales escoceses también dijeron que habían aceptado peticiones para bendecir las relaciones de personas del mismo sexo.
El arzobispo de Canterbury Rowan Williams, líder espiritual de los 77 millones de anglicanos del mundo, lucha para evitar un cisma entre liberales y tradicionalistas sobre una cuestión fuertemente divisiva.
La postura de Escocia podría hacer su tarea aún más ardua.
El mes pasado, líderes de la iglesia anglicana de todo el mundo pidieron a los liberales estadounidenses favorables a los homosexuales que se retiraran por al menos tres años de uno de sus cuerpos principales.
Esto siguió a la ordenación del obispo abiertamente homosexual Gene Robinson en Estados Unidos y la bendición de uniones del mismo sexo en Canadá. Esas decisiones enojaron a los tradicionalistas, particularmente en África.
El Colegio de Obispos de la iglesia escocesa se puso firmemente en el campo liberal, con una declaración en su sitio en Internet que explicó en detalle y públicamente su reacción a la reunión de los líderes anglicanos del mes pasado.
"La Iglesia Episcopal Escocesa nunca ha observado al hecho de que alguien tenga una relación estrecha con un miembro del mismo sexo como si en sí mismo constituyera un impedimento para el ejercicio del ministerio", dijo.