EFE
Washington, EU.- La falta de avance en el desarrollo del campo mexicano, debido a problemas como la falta de crédito rural, es uno de los principales retos para la plena aplicación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN), según un estudio.
La Oficina de Contabilidad General (GAO, por sus siglas en inglés), órgano de control del Congreso, destacó en un estudio divulgado hoy los resultados y las tareas pendientes de la liberalización comercial en el marco del TLCAN, que entró en vigor en 1994 entre EU, México y Canadá.
El informe explora diversas estrategias para facilitar la transición de la economía mexicana a la liberalización del comercio agrícola.
Según el estudio, las exportaciones agrícolas estadounidenses aumentaron de cuatro millones 100 mil de dólares en 1993 a 7.900 millones de dólares en 2003. No obstante, algunos productos estadounidenses aún afrontan dificultades para acceder al mercado mexicano debido a que México ha impuesto requisitos sanitarios y fitosanitarios, salvaguardas, medidas “anti-dumping” y otras barreras no arancelarias, señaló la GAO.
Como ejemplo, México ha aplicado salvaguardas especiales a las importaciones de cerdos vivos, carne porcina, productos derivados de la papa y las manzanas.
También mantiene diversos requisitos sanitarios para las carnes rojas, las manzanas y las legumbres secas, indicó el estudio de la GAO.
Otra queja perenne en el Congreso de Estados Unidos, particularmente de legisladores de estados azucareros, está relacionada con los aranceles mexicanos a las bebidas que utilizan fructuosa. El estudio no aborda problemas de los productos mexicanos para acceder al mercado estadounidense.
El documento destacó que “México ha puesto en marcha varios programas para ayudar a los agricultores a ajustarse a la liberalización comercial, pero problemas estructurales, como la falta de crédito rural continúan impidiendo el crecimiento en zonas rurales”, lo que a su vez “presenta retos para la plena aplicación” del TLCAN.
Según el estudio, la situación del campo mexicano ha dado pie a argumentos “no fundamentados” de que el retraso en el desarrollo rural ha perjudicado a los agricultores.
Ante esa percepción, las autoridades estadounidenses buscan la manera de ayudar a México a dar respuesta a los problemas del campo en ese país. Desde 2001, ambos países han emprendido actividades conjuntas bajo la llamada Iniciativa de Alianza para la Prosperidad (P4P, en inglés) para promover el crecimiento económico en las áreas más afectadas. “Sin embargo, los planes de acción bajo la P4P no establecen actividades ni estrategias específicas que puedan utilizarse para alcanzar las metas” para el desarrollo rural, advirtió el estudio de la GAO.
El análisis, elaborado en base a estudios sobre intercambio agrícola y entrevistas con funcionarios de EEUU y México, fue solicitado por el presidente del Comité de Finanzas del Senado, el republicano Charles Grassley, un acérrimo crítico del presunto proteccionismo mexicano.