El Siglo de Durango
Se tiene que revisar el marco jurídico, el derecho debe ser dinámico y cambiante conforme se modifican las conductas sociales y obviamente la tecnología modifica conductas sociales, por lo que habrá que analizar situaciones como la prostitución que se contacta vía telefónica, opinaron legisladores locales.
El diputado priista José Antonio Ramírez Guzmán señaló que solicitar el sexo servicio vía telefónica no es una actividad punible y sí el hecho de tratar con blancas, por lo que es importante revisar, ya que una de las características del derecho es precisamente ser cambiante y adecuarse a los tiempos.
Comentó que ha habido proliferación de este tipo de delitos, por lo que iría más allá, ya que además de cuestiones legales se tendría que buscar que en los medios de comunicación existiera un código de ética o moral para que no se publicaran este tipo de oficios.
Dijo desconocer si en otros lugares del país esté regulada como conducta punible esta situación; respecto a la contratación de sexoservidores vía telefónica, insistió en que se tiene que revisar el marco jurídico bajo una óptica en que prevalezcan las garantías individuales pero poder exigir al mismo tiempo a las autoridades responsables estar al tanto de esta problemática social.
Afirmó que en este asunto lo más importante no es señalar responsables, sino que cada quien en su área de competencia debe hacer lo necesario no para evitar este tipo de prácticas sino para controlarla; por ejemplo, al Municipio le corresponde vigilar las licencias de las personas que se dedican al sexoservicio.
Reconoció que en lo que se refiere a la trata de blancas existen lagunas en el Código Penal; el hecho de que hayan sido aprobadas algunas reformas no obsta para que se revise. Incluso, se pueden analizar las observaciones que vaya teniendo durante la práctica el Código tanto en lo objetivo como en lo sustantivo, afirmó.
Señaló que a escasos ocho meses de que se aprobaron las reformas al Código Penal, no se debe tener miedo a cambiarlo.
Por su parte, el diputado Juan Carlos Gutiérrez Fragoso comentó que el responsable de regular la actividad del sexoservicio es el Ayuntamiento, al tratarse de un asunto de salud pública; esta área debe llevar un padrón y un control de los lugares donde se ejerce este servicio y de las personas que los ejercen y este tipo de modalidad vía telefónica donde el Municipio no tiene control. Ellos deben tener inspectores para verficar cómo opera este tipo de negocios o de servicios.
El delito de trata de blancas es conexo a esta actividad y es reponsabilidad de la Procuraduría, pero debe mediar una denuncia y quien tiene los medios para denunciar es la Presidencia Municipal o cualquier ciudadano.
Indicó que es necesario incrementar la penalización de este tipo de delitos, sobre todo cuando se trata de personas que son utilizadas para esta actividad y que son menores de edad, por lo que coincidió en revisar el marco jurídico para penalizar la trata de blancas virtual, a través de computadoras vía Internet o del teléfono, porque aprovechan el entorno familiar para presionar a las adolescentes para que se introduzcan en la prostitución.
Además es importante impulsar una campaña de valores en las escuelas con las niñas para que les ayude a cuidar su dignidad y tengan presente que no se les puede utilizar como si fueran un objeto y como una cosa que se usa y se desecha.
DEFICIENTE COORDINACIÓN DE CUERPOS DE SEGURIDAD
José Antonio Ramírez Guzmán manifestó que con relación al narcomenudeo sigue siendo deficiente la coordinación de los cuerpos de serguridad y sobre todo al momento de iniciar la averiguación previa por parte de las autoridades federales, ya que este delito es de su competencia.
Lo que está pasando es que la Policía Ministerial o la Preventiva detienen o consiguen contactos de quienes están incurriendo en este ilícito; inclusive, logran su captura y los ponen a diposición del Ministerio Público Federal para que después no pase nada y quedan libres casi de manera inmediata. A las 72 horas ya están gozando de su libertad, finalizó.