AGENCIAS / EL PAÍS
WASHINGTON, EU.- El gran jurado que investiga la filtración de la identidad de una agente encubierta de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) acusó ayer a Lewis Libby, principal asesor del vicepresidente Dick Cheney, de obstrucción de la justicia, perjurio y falso testimonio, tras dos años de investigación.
Libby, quien podría enfrentar una sentencia de hasta 30 años de prisión, presentó su carta de renuncia minutos después de su acusación en una corte federal de Washington. La Casa Blanca confirmó que Libby dimitió como jefe de Gabinete del vicepresidente de Estados Unidos (EU), Dick Cheney.
Karl Rove, principal asesor político del presidente George W. Bush, no fue acusado junto a Libby, pero el fiscal especial Patrick Fitzgerald aclaró que permanecerá bajo investigación y con peligro de enfrentar cargos legales, según abogados.
La acusación de Libby golpea a una Casa Blanca que ya se encuentra a la defensiva por las críticas que despertó su respuesta al huracán Katrina, la oposición a la guerra en Irak y la retirada de la nominación de Harriet Miers para la Corte Suprema de Justicia.
Como principal asesor de Cheney, Libby fue una figura clave detrás de bambalinas en la construcción del caso para la invasión de Irak y fue acusado de cinco cargos penales por mentir sobre cómo y cuándo conoció y reveló a periodistas información clasificada sobre la agente encubierta de la CIA, Valerie Plame.
La identidad de Plame se filtró a los medios después que su marido, el diplomático Joseph Wilson, acusó a la Administración Bush de tergiversar la información de Inteligencia previa a la guerra de Irak para justificar sus acciones militares.
FILTRACIÓN DELIBERADA
Según Wilson, la filtración se planificó deliberadamente para cuestionar su credibilidad. Libby no fue acusado de revelar ilegalmente el nombre de un agente de la CIA.
Si es condenado, Libby, de 55 años, enfrentará una sentencia máxima de 30 años de prisión y una multa de 1.25 millones de dólares, dijeron fiscales.
Los cargos contra Libby incluyen mentirle a los agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), que lo entrevistaron el 14 de octubre y el 26 de noviembre de 2003, cometer perjurio en su testimonio bajo juramento frente al gran jurado el cinco de marzo de 2004 y obstruir la justicia el 24 de marzo de 2004 al dificultar la investigación del gran jurado.
“Cuando los ciudadanos testifican ante grandes jurados, se les exige que digan la verdad”, dijo Fitzgerald. “El requisito de decir la verdad es aplicable igualmente a todos los ciudadanos, incluyendo a las personas que se encuentran en altas posiciones en el Gobierno”.
En una conferencia de prensa después de conocida la noticia, Fitzgerald dijo que la investigación sigue adelante, pero no quiso discutir sobre aquellos que no fueron acusados.
Libby “mintió de manera repetida”, sostuvo Fitzgerald.