La Secretaría de Gobernación (Segob), insistió ayer en que el fenómeno migratorio con Estados Unidos deberá pasar, tarde o temprano, a escenarios de acuerdos de contratación de trabajadores, en un marco de respeto irrestricto a sus derechos, y de regularización de millones de indocumentados que ya viven en la Unión Americana.
Subrayó una condición para ello que ya está dada, a pesar de las autorizaciones para levantar muros en la frontera: Estados Unidos necesita la migración de trabajadores que, como los mexicanos, participan en distintas ramas de la producción y los servicios.
El subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, Lauro López Sánchez, dijo que la fuerza de trabajo mexicana aporta a la economía estadounidense utilidades netas aproximadas a 120 mil millones de dólares anuales.
“Dicha riqueza del trabajo de los indocumentados no le costó nada a la economía de Estados Unidos, pues no les otorga ni seguridad social, ni educación, ni otra consideración”, expuso López.
La Ley de Protección Fronteriza contra el Terrorismo y Control de Inmigración Ilegal, votada esta semana en la Cámara de Representantes, será revisada por el Senado estadounidense en enero próximo.
Esa legislación considera criminales a los indocumentados y autoriza levantar mallas en más de mil kilómetros de la frontera de california, Arizona, Texas y Nuevo México.
Dejó en claro que el Gobierno mexicano tiene conciencia de su responsabilidad de generar empleos mejor remunerados en territorio nacional, para dar los empleos que su población demanda.