Londres, (EFE).- El Príncipe de Gales es tan sólo un acuarelista aficionado, pero buena parte del público inglés considera sus trabajos superiores a los de un pintor tan consumado como su compatriota David Hockney.
El diario "The Times" tuvo en efecto la ocurrencia de mostrar a algunos de los visitantes de la National Gallery londinense dos acuarelas, una de Carlos de Inglaterra y otra de Hockney, sin decirles quién las había pintado.
Muchos de los interrogados consideraron la acuarela del Príncipe, un paisaje de montaña en Escocia, el trabajo de un profesional, y la de Hockney, titulada "Carreteras y maizales", la de un simple aficionado.
El heredero del trono y Hockney, uno de los grandes representantes del "pop art" británico, exhiben actualmente sus respectivas obras en sendas galerías londinenses.
Hockney describió generosamente el trabajo del Príncipe como "el esfuerzo notable de un aficionado" y agregó no creer que ése tenga "otras pretensiones".
Las acuarelas que ha pintado Hockney de paisajes de East Yorkshire (Inglaterra) causaron sensación cuando se exhibieron en Los Ángeles (EU) la pasada primavera, sobre todo porque era la primera vez que utilizaba ese medio, muy popular, sin embargo, en el arte británico.
Actualmente están expuestas en Somerset House, de Londres, que tiene una importante colección de arte impresionista y de los "fauves" franceses.
El Príncipe de Gales, aficionado al campo y a la agricultura ecológica, se ha inspirado a su vez con frecuencia en los paisajes de Escocia, su lugar preferido de vacaciones.
Sus acuarelas, muy tradicionales en estilo, se exhiben en las Mall Galleries, y no están a la venta. El Príncipe acepta todo lo más que a veces se vendan reproducciones de sus pinturas para obras benéficas.