El nuevo equipo está compuesto en su mayoría por políticos fieles a Chirac y es rechazado por los partidos opositores.
París, (Notimex).- El renovado gobierno francés inició hoy su gestión con el primer consejo de ministros, en medio de gran escepticismo sobre sus posibilidades de dar un "nuevo impulso" a este país, prometido por el presidente Jacques Chirac.
El nuevo equipo comienza con una opinión pública "desconfiada" que rechaza en las encuestas la elección de Dominique de Villepin como primer ministro, con 40 por ciento frente a 36 por ciento a favor.
El ejecutivo está compuesto en su mayoría por políticos fieles a Chirac, quien según el más reciente barómetro político publicado la víspera se encuentra en su cuota de popularidad más baja en los 10 años que lleva en el poder, con solo 24 por ciento de apoyo.
En tanto, los partidos opositores rechazan que el ejecutivo pueda considerarse como una respuesta a la altura de la derrota sufrida por Chirac el domingo pasado, cuando el gobierno vio rechazada la Constitución Europea, para la que había pedido el "sí".
Los socialistas critican que el nuevo ejecutivo es prácticamente el mismo que el encabezado por Jean-Pierre Raffarin entre 2002 y 2005.
El gabinete, presentado la tarde del jueves, cuenta con 10 carteras menos, pero los principales ministerios -excepto Asuntos Exteriores y Educación- continúan en manos de los mismos titulares.
La líder del Partido Comunista francés (PCF), Marie-George Buffet, quien dijo "no" a la Constitución Europea, considera que el hecho de que el nuevo ejecutivo no haya variado de manera sustancial respecto al anterior, representa un "desprecio" al electorado.
Otros partidos opositores, como la formación ecologista "Los Verdes" y los socialistas, estiman que Chirac no ha medido "la gravedad" de la derrota, tras la cual la extrema derecha y los ultranacionalistas pidieron incluso la dimisión del jefe del Estado.
El nuevo primer ministro ha pedido "100 días" para implantar nuevas políticas que reduzcan la alta tasa de paro de 10 por ciento, su gran prioridad, y para "reconciliarse" con la descontenta opinión pública.
Para comenzar la difícil tarea, el jefe del ejecutivo se reunirá el lunes próximo con los principales interlocutores sociales para tratar d impulsar un nuevo plan y luchar contra el desempleo, que en los tres años de gobierno conservador siguió en aumento.
La gestión del nuevo gobierno está marcada también por su configuración interna, ya que en el conviven dos personalidades hasta ahora opuestas, Villepin y el número dos del ejecutivo, Nicolas Sarkozy, considerado futuro presidenciable.
Los dos han acordado superar sus diferencias para concentrarse en la misión de mejorar la situación de Francia, pero está por ver si en la práctica no chocarán como en el pasado.
