OTRO DE LOS TEMAS CRÍTICOS EN LA AGENDA SERÁ EL DIÁLOGO ENTRE LAS IGLESIAS CRISTIANAS.
La agenda de estos días es amplia y, aunque salpicada de manifestaciones lúdicas, recoge temas para los que los jóvenes creyentes piden respuestas.
Berlín, (EFE).- Medio millón de jóvenes católicos de 193 países celebran a partir de hoy la vigésima edición de la "Jornada Mundial de la Juventud", seis días de fiesta y debate de temas actuales que no necesariamente son del agrado de la Iglesia.
La Jornada, a la que el Papa Benedicto XVI se incorporará el jueves, arrancará oficialmente a las 15:00 GMT con la celebración simultánea de la Eucaristía en Düsseldorf, Bonn y Colonia.
La agenda de estos días de convivencia, celebración de la Fe y reflexión, es amplia y, aunque salpicada de manifestaciones lúdicas, recoge temas para los que los jóvenes creyentes piden respuestas.
Uno de los grupos que alzará la voz es la Coalición Internacional de Jóvenes Progresistas, cuyos miembros viajaron a Colonia, para rebatir la posición del Vaticano respecto al uso del condón.
"La oposición del Vaticano al preservativo afecta directamente la vida y la salud de millones de jóvenes en todo el mundo", denunció la coalición, formada por jóvenes de entre 18 y 30 años de países tan dispares como Ghana, Portugal, Bolivia y Estados Unidos.
Presentarán como argumento las estadísticas sobre la incidencia del Sida en América Latina, Asia y África, donde la pandemia sigue haciendo estragos en vidas y frena el desarrollo económico.
No será la primera vez que el condón saldrá a relucir en Colonia, donde Policía e Iglesia acaban de librar un pulso sobre la oportunidad de repartir preservativos para evitar contagios y embarazos en una reunión de tanta gente joven.
"No queremos molestar a nadie", explicó la semana pasada una portavoz policial al informar de que, contrariamente a lo anunciado, los agentes no facilitarán condones a los jóvenes peregrinos.
La portavoz lamentó que la iniciativa despertara tantas críticas y aseguró que "no buscaba, en ningún caso, la provocación".
"En tiempos del Sida, consideramos que el uso de condones sigue siendo el método de prevención más eficaz", agregó la agente, ajena a la presunta obligación de católicos no casados a la abstinencia.
Otros de los temas críticos en agenda será el diálogo entre las iglesias cristianas, asunto de vital interés en Alemania, cuna de la Reforma y con una proporción similar de católicos y protestantes.
Se abordará igualmente el papel de la juventud en la Iglesia, la incorporación de nuevos temas sociales a la labor pastoral, las relaciones con las otras dos religiones monoteístas y la crisis de fe que supuestamente existe en las sociedades industrializadas.
Benedicto XVI aprovechará ésta, su primera visita como Papa a su país natal, para visitar una sinagoga y se encontrará con líderes musulmanes para confirmar su disposición a proseguir el diálogo iniciado por su antecesor, Juan Pablo II, destaca la Conferencia Episcopal Alemana.
Las espectativas con las que los jóvenes acuden a este primer encuentro con el Papa alemán son grandes pero relativo el optimismo de los jóvenes progresistas, que siguen viendo en Benedicto XVI la sombra del cardenal Joseph Ratzinger.
Tampoco ayuda la figura del "tutor" de esta vigésima edición de la Jornada Mundial de la Juventud que institucionalizara en 1986 Juan Pablo II, el conservador arzobispo de Colonia, Joachim Meisner.
Meisner, que considera a los jóvenes alemanes "asilados metafísicos", fue uno de los más fieles aliados del ex cardenal Ratzinger en el pulso librado por éste contra la corriente progresista de la Conferencia Episcopal alemana sobre el aborto.
La Iglesia Católica acabó por retirarse de la red estatal de centros de asesoramiento a las mujeres que se plantean interrumpir su embarazo, sin cuyo "certificado de visita" no es posible en este país someterse a un aborto.
De los entre 500 mil y 800 mil jóvenes que se prevé asistan a esta Jornada Mundial de la Juventud, unos 100 mil son italianos y alrededor de 83 mil alemanes, un número escaso teniendo en cuenta que el partido se celebra "en casa" y de Alemania cuenta con 25 millones de católicos.
En la práctica, la realidad es otra: "Cuando el Papa aterrice en Colonia, lo hará en un país extraño. Las iglesias están vacías, los políticos no son creyentes y la gente del Este del país (la extinta República Democrática Alemana, RDA) sigue sin tener un Dios", escribe el semanario "der Spiegel" en su última edición.
Se prevé que Benedicto XVI evoque en su encuentro con los jóvenes los males el consumismo y predique contra el "relativismo", pesca espiritual que dará paso a otra más terrenal, la de los votos.
Sin esperar a la salida del último peregrino, los carteles con la imagen del Papa que ahora decoran Colonia serán sustituidos por los de los candidatos políticos en las elecciones del próximo 18 de septiembre, el "Dios te ama" por promesas contra el desempleo.