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Inseguridad/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“Hago responsable al Congreso de la Unión, a senadores y diputados del PRI, del PRD, exigiendo a nombre de estas

niñas y de todos los que sufren violencia

en el país, que se apruebe la Ley que

mandamos hace más de un año”.

Vicente Fox

Cada determinado tiempo se registra un crimen que le hace recordar a los políticos que no están cumpliendo con su función más importante: proporcionar seguridad a la gente. Entonces todos hacen maniobras para presentarse ante el pueblo como los únicos realmente preocupados por la seguridad y acusan a sus enemigos de ser el obstáculo que impide poner fin a este problema.

Ahora le ha tocado el papel de generar este cíclico debate entre los políticos a dos niñas de Ciudad Juárez: Airis Estrella Enríquez Pando, de siete años de edad, secuestrada el dos de mayo, violada y asesinada; y Anahí Orozco Lucero, de diez años de edad, fue violada, asfixiada y quemada el 16 de mayo.

El presidente de la República, Vicente Fox, tomó la irresponsable decisión de culpar de la violencia a los miembros del Congreso por no haber aprobado las reformas a diversos artículos de la Ley que sometió al Senado hace más de un año.

Los legisladores han respondido cuestionando al presidente y a su equipo de trabajo por haber fracasado en los esfuerzos por combatir la inseguridad.

La verdad es que el problema es mucho más complejo de lo que pretenden los políticos. No resulta tan fácil asignar culpas como lo hacen ellos o el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Para empezar, la mayoría de los crímenes que más lastiman a los ciudadanos —los homicidios, las violaciones y los robos— pertenece al fuero común. Simplemente no son competencia del Gobierno Federal. El Congreso de la Unión podría hacer todas las reformas a la legislación federal que pide el presidente y no se modificaría nada que tuviera consecuencias reales sobre estos delitos.

El Congreso, por otra parte, sí ha aprobado muchas de las iniciativas del presidente para combatir la delincuencia. Recordemos simplemente que la Secretaría de Seguridad Pública se creó por iniciativa del presidente y el Congreso la aceptó sin chistar. Pero este nuevo organismo burocrático no ha tenido virtualmente ningún impacto sobre la delincuencia. ¿Por qué? Por la misma razón que mencioné con anterioridad. Porque la delincuencia que realmente lastima a la ciudadanía es de carácter local y no federal de manera que la nueva Secretaría de Seguridad Pública simplemente no tiene injerencia sobre ella.

Lo anterior no significa que en las propuestas del presidente Fox para hacer nuevas modificaciones a las leyes no haya algunas que son la mayor parte de ellas, sin embargo, son de carácter procesal, esto es, tienen que ver con los juicios a los delincuentes y no con la prevención del crimen.

La propuesta del presidente de tener juicios orales en lugar de los actuales escritos es bastante razonable. La experiencia nos dice que los juicios orales son más expeditos. Pero el hecho de que los procesos se ventilen oralmente no evitará los errores y las injusticias que son tan comunes en el sistema judicial mexicano. Ni hará que se capture realmente a los criminales.

La creación de una nueva Policía nacional parece también sensata. Hoy en día los delincuentes buscan y obtienen protección cruzando las fronteras de los estados y aprovechando las distintas jurisdicciones de cada uno. A las víctimas, sin embargo, les da igual en qué entidad se encuentran cuando son objeto de delitos. Pero hay que tener cuidado de que la nueva Policía no sea simplemente un nuevo cuerpo burocrático, como tantos otros que ya tenemos y que empiece a tener conflictos de jurisdicción con las Policías locales.

Hay sin duda elementos positivos en las propuestas del presidente. Y bien haría el Congreso en empezar a desahogar las iniciativas. Pero la exigencia del presidente de que los legisladores aprueben todo el paquete sin chistar, y que no legislen en “abonitos”, es una verdadera insensatez. Muchas partes del paquete del presidente son cuestionables, y es cuando menos comprensible que el Congreso apruebe solamente aquéllas en las que se logra un avance real.

Desafortunadamente, tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo nuestros políticos están más interesados en pararse el cuello frente a los electores que en lograr avances concretos para combatir el crimen. Y para eso los políticos están dispuestos incluso a aprovechar los nombres de víctimas inocentes, como los de Airis y Anahí.

PROCURADOR INDEPENDIENTE

Una de las iniciativas legales del presidente Fox es tener a un procurador realmente independiente. Pero si el procurador lo fuera, el presidente no habría podido destituir del cargo a Rafael Macedo de la Concha por el pecado de hacer su trabajo.

Correo electrónico:

sergiosarmiento@todito.com

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