Del foro “Por una Laguna Segura”, quedan –en la forma- varias secuelas, como el malestar de dos alcaldes, aunque por razones distintas, y la ratificación de un líder empresarial de una visión realista que es incuestionable: se percibe un mayor nivel de seguridad en Torreón que en Gómez Palacio.
En primer término, la posición del presidente del Consejo Lagunero de la Iniciativa Privada (CLIP), Antonio Juan Marcos Villarreal, que confirma lo expuesto un día antes por un nutrido grupo de empresarios de la región: “es una realidad, aunque no estamos como en otras parte del país, debemos prevenir porque no queremos llegar a los niveles de inseguridad que tiene el Distrito Federal o las ciudades fronterizas”.
En segundo término, la molestia de Octaviano Rendón Arce, por lo que considera una interpretación excesiva y hasta injusta de la caracterización que hicieran los empresarios. Para el alcalde de Gómez Palacio los niveles de inseguridad en el municipio que gobierna no son alarmantes, sin embargo es el único jefe de comuna de la zona conurbana de la Comarca que se moviliza con el apoyo y soporte de un cuerpo de seguridad.
Y en tercer término, la irritación de la alcaldesa Rosario Castro Lozano, que ni siquera fue invitada a la reunión convocada por Don Octaviano, por encargo de los máximos responsables de la Procuraduría General de Justicia del Estado. Rosario simplemente sentencia: “no quiero hacer juicios de valor pero fue una falta y total descortesía el hecho de que no me hayan invitado a la reunión, en política la forma es fondo y si me querían decir algo, pues me lo dijeron muy bien”.
Por cierto, el nivel de marginación que sufrió la alcaldesa se puede medir en las palabras del secretario del Ayuntamiento de Lerdo, Carlos Morales Núñez, quien tras confirmar que en la Presidencia Municipal no se recibió ninguna invitación para la reunión “Por una Laguna Segura”, lacónicamente reconoció que “nos enteramos de la reunión, por los medios de comunicación y por algunos empresarios de Lerdo, y bueno, no tenemos ninguna invitación y la alcaldesa ya me entregó un oficio para mandarlo a la Procuraduría de Justicia del Estado”.
Problemas de forma, de interpretación, de cortesía… mientras el problema de fondo sigue intacto: la delincuencia gana terreno y la percepción de inseguridad crece a la par, mientras las autoridades se agotan en discursos, posturas, encuentros y desencuentros que no benefician en nada a la ciudadanía.
