Benedicto XVI mostró su "profunda preocupación" por la devastación que está causando el Sida en África "y las enfermedades afines".
Ciudad del Vaticano, (EFE).- El papa Benedicto XVI dijo hoy en el Vaticano que la fidelidad y la castidad son los únicos mecanismos "de seguridad" para prevenir la propagación del Sida.
Así lo manifestó el Pontífice en el discurso que dirigió a los obispos de Sudáfrica, Botsuana, Suazilandia, Namibia y Lesoto, que se encuentran en el Vaticano en visita "ad limina", la que están obligados a realizar todos los prelados del mundo al Papa cada cinco años.
"La enseñanza tradicional de la Iglesia ha demostrado ser el único mecanismo de seguridad para prevenir la difusión del SIDA. Por esta razón la compañía, la alegría, la felicidad y la paz que proporcionan el matrimonio cristiano y la fidelidad, y la garantía que da la castidad, se deben presentar continuamente a los fieles, especialmente a los jóvenes", afirmó el Pontífice.
Benedicto XVI repasó la situación en Africa y mostró su "profunda preocupación" por la devastación que está causando el Sida "y las enfermedades afines".
Ratzinger subrayó que reza especialmente por las viudas, huérfanos, las madres jóvenes y todos aquellos que han muerto "por esta cruel epidemia".
"Os exhorto en los esfuerzos para combatir ese virus, que no sólo mata, sino que amenaza seriamente la estabilidad económica y social del continente", agregó el Obispo de Roma.
También subrayó que la vida familiar siempre ha sido un elemento de unificación de la sociedad africana, pero que por desgracia "ésta se encuentra amenazada por el divorcio, el aborto, la prostitución, el tráfico de personas y la mentalidad anticonceptiva, que llevan a una ruptura de la sexualidad moral".
El Papa se refirió asimismo a la situación de la Iglesia en Africa, destacando el aumento de las vocaciones religiosas.
Benedicto XVI pidió a los obispos que redoblen sus esfuerzos para garantizar una sólida preparación de los futuros sacerdotes para que puedan afrontar los desafíos de la sociedad actual.
El Pontífice subrayó el celibato y dijo a los obispos que tienen que ayudar a los sacerdotes "para que ese don nunca llegue a ser un peso".
